Desde la puesta en marcha de los equipos Roca el número de robos cometidos en el campo cordobés ha ido en descenso, según apuntan las propias organizaciones agrarias y la Subdelegación del Gobierno. Sin embargo, se ha constatado que este tipo de actos no solo se centran en la campaña de la aceituna sino que también afectan a otro tipo de artículos, productos o enseres agrícolas, como cobre, sistemas de riego, aperos de labranza, maquinaria o abonos.

Según los datos facilitados por la Guardia Civil de Córdoba, en lo que va temporada se han contabilizado unos 190 robos de aceituna, en una campaña que todavía está activa. Esta circunstancia, apuntan desde el instituto armado, hace que se hayan reforzado los dispositivos de servicio tanto de prevención como de investigación. Fruto de ello son las más de 100 personas que han sido detenidas o investigadas hasta la fecha, lo que supone aproximadamente un aumento de más del 140% respecto a la campaña pasada. Asimismo, se han llevado a cabo más de 60 actuaciones con intervención de aceituna sustraída, lo que supone un aumento de más de un 24% del número realizado en el mismo periodo en la campaña anterior. Así, se han recuperado unos 72.000 kilos de aceituna (aproximadamente un 20% del total sustraído). Además, se han intervenido vehículos, utensilios y aperos de labranza. Paralelamente, la Guardia Civil ha efectuado 114 inspecciones en puestos de compra y almazaras, con el fin de detectar partidas de aceitunas de procedencia ilícita. Aunque todas las unidades del instituto armado están implicadas en la lucha contra los robos del campo, son los equipos Roca los que están específicamente centrados en ello, con tres destacamentos ubicados en Córdoba, Montilla y Priego y un total de 16 agentes.

Los datos que maneja Asaja, que cuenta con un servicio de control de este tipo de incidencias desde el que ayuda a los asociados a formular las denuncias, indican que el número de robos en el año 2015 ha bajado un 34% respecto al año anterior, cuando se contabilizaron 61, cifra que, explican, solo recoge las denuncias formuladas en Asaja, y no todas, y se hace hincapié en señalar que son muchos los sucesos que no llegan a denunciarse.

Sí insisten varias de las fuentes consultadas en que los robos que se producen, tanto de aceituna como de otros objetos o enseres de las explotaciones agrarias, responden en gran parte de los casos a grupos organizados. Además, indica Ignacio Fernández de Mesa, en el caso de la aceituna cuentan con la colaboración de otros agricultores. Asimismo, señala, estos robos "se están extendiendo a zonas del norte de la provincia, a fincas de caza", donde, según apunta, son mafias organizadas las que planifican los golpes, "lo que genera una gran sensación de inseguridad para los agricultores".