La respuesta de los comerciantes a la peatonalización de Cruz Conde ha sido casi unánime. El trasiego de gente se ha multiplicado desde que el tráfico ha dejado paso a los ciudadanos y la calle invita a mirar escaparates de forma relajada, realizar gestiones o parar en uno de los bares que con este cambio también están comenzando a ser más numerosos. La aparición de nuevos establecimientos es una de las señales que indican la aceptación de la decisión tomada por el Ayuntamiento, que finalmente mantendrá esta vía peatonal, y las tiendas más antiguas también subrayan la revitalización de la zona e incluso señalan que ha servido para paliar la caída de ventas derivada de la crisis económica.

Uno de los propietarios de Orga, Francisco Ayuso, recordaba en esta línea que "estamos detrás de la peatonalización desde los años 70", cuando ya constataban que era una práctica frecuente en las zonas comerciales de otros países. No obstante, al igual que otros profesionales del sector, también apuntaba la necesidad de dotar el centro de aparcamientos para que los ciudadanos puedan acceder de forma más fácil.

Ayuso explicaba que "la época no es la mejor" para percibir los resultados en el negocio, pero "al menos no ha caído la actividad". Una percepción que también es compartida por la responsable de Encuentro, Marina Gajete, quien afirmaba que esta tienda fue trasladada a Cruz Conde el pasado septiembre, porque antes se ubicaba en un centro comercial, y "tenemos muchísimas más ventas". Esta vendedora añadía que "la gente viene mucho más tranquila" y la afluencia de público también es importante durante los fines de semana.

Por otro lado, Shoespiel Boutique abrió hace cuatro meses y su encargada, Victoria Polo, comentaba que los propietarios eligieron esta calle porque "querían venir a Córdoba y cuando vieron esta posibilidad no se lo pensaron. La verdad es que es incomparable". Victoria difiere un poco de la opinión del resto de los comerciantes y señala que "las ventas no son lo que me esperaba", aunque admite que sí cuentan con cierta actividad.

En esta misma línea, Carlos Muñoz, que regenta el bar La Platería, apuntaba que impulsó este negocio hace unas dos semanas en el mismo local que desde hace tres años tenía una joyería. Platero de profesión, Carlos comenta que "quiero probar, aprovechando como está la calle. Con el bar al menos haces algo de caja todos los días". Además, avanza que en un pasaje que comunica con Cruz Conde "van a abrir otro" y manifiesta su deseo de que "abrieran diez más" para convertir la zona en una ruta donde los cordobeses y los turistas disfruten de la hostelería.

En las calles adyacentes, sin embargo, las opiniones son diversas, aunque en general admiten que la peatonalización ha influido en su actividad. De este modo, José Javier Palma, de Cascanueces, aclara que la calle Cabrera era antes una salida de Cruz Conde y "a mí me venía bien que hubiese tráfico". Así, destaca que la prohibición del paso de vehículos "ha influido algo en la venta, pero no es para volverse loco" y añade que si peatonalizasen también las calles Caño y Osario "la gente andaría por todos los lados". José Javier también realizó una crítica --compartida por otros locales del entorno-- sobre la presencia de contenedores de basura en las inmediaciones de las tiendas. En esta línea, asegura que a veces se pueden observar ratas y señala que "no lo entiendo, luego queríamos ser Capital Cultural".

Alberto Benita, propietario de Bella Hombre, en la calle Góngora, también manifiesta que "los contenedores tendrían que estar soterrados, porque los fines de semana aparecen incluso llenos de orines". A pesar de esta reivindicación, el comerciante asegura que la eliminación del tráfico de Cruz Conde "es fabulosa para el comercio, aunque con la crisis está todo más parado". Por esto, y porque ahora se ve algo más de movimiento, el deseo es casi general: "Que se quede como está".