El expresidente del Parlamento Europeo y exministro socialista Josep Borrell y el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa fueron los grandes protagonistas del acto que cerró la manifestación convocada ayer en Barcelona por Sociedad Civil Catalana (SCC). Borrell destacó la necesidad de «rehacer la convivencia» en Cataluña, ya que «está rota», mientras que Vargas Llosa aseguró con contundencia: «Estamos aquí para parar al nacionalismo». En su discurso, el exministro catalán mostró la bandera europea y se refirió a ella como «nuestra estelada», con las estrellas de «la paz, la convivencia y el Derecho».

Borrell defendió el «pluralismo político» y criticó a la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, quien a su juicio debería haber dimitido al no reconocer como catalanes a quienes votan «a determinados partidos políticos». También hubo críticas para el conseller de Presidencia, Jordi Turull, por tachar de «súbditos» a quienes no apoyaron el 1-O. «Somos tan ciudadanos de Cataluña como ellos», reivindicó Borrell.

A los empresarios, el expresidente de la Eurocámara les reprochó su demora en señalar los peligros de una posible independencia: «Lo podríais haber dicho antes». Aunque sentenció: «Todos tenemos un poco de culpa de haber callado tanto».

FELICITACIONES DE SÁNCHEZ / «Gracias Josep Borrell por tu firme compromiso a favor de una Catalunya integradora, de entendimiento y sin exclusiones», tuiteó Pedro Sánchez tras la intervención del expresidente del Parlamento Europeo. Hoy, un día antes del pleno del Parlament en el que Puigdemont puede anunciar la independencia, el líder del PSOE viajará a Barcelona para asistir a la ejecutiva del Partido Socialista de Catalunya (PSC).

Por su parte, Vargas Llosa, que cerró su discurso con un «viva la libertad, visca Cataluñaa y viva España», afirmó que «todos los pueblos viven momentos en los que la razón es barrida por la pasión». Esa pasión, a juicio del escritor, «puede ser destructiva y feroz cuando la mueven el fanatismo y el racismo. La peor de todas es la pasión nacionalista, religión laica, herencia lamentable del peor romanticismo».

A quienes acudieron a la manifestación, el premio Nobel los consideró «catalanes democráticos que no creen que son traidores quienes piensan distinto a ellos y no consideran al adversario un enemigo, ni ensucian sus puertas». «Son catalanes que creen en la democracia, en la libertad, en el Estado de Derecho, en la Constitución», añadió. Y con quienes se desplazaron a Barcelona desde otros puntos de España para la protesta, van a «dar juntos la batalla por la libertad». «La democracia española está aquí para quedarse y ninguna conjura independentista la destruirá», sentenció Vargas Llosa, quien reivindicó que Cataluña «vuelva a ser la capital industrial y cultural de España», así como su «locomotora del desarrollo y prosperidad».

MANIFIESTO / El acto acabó con la lectura de un manifiesto por parte del vicepresidente de SCC, Àlex Ramos, y el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, «Cataluña somos todos. No es solo de los nacionalistas», proclama el texto, bajo el título Democracia, libertad y estado de derecho que destacaba la importancia de «empezar a tender puentes». Villarejo, de forma particular, dijo que Cataluña «no es un estado democrático y de derecho normal», porque el presidente Puigdemont y su Ejecutivo «están sometidos a un proceso penal por delitos» y son «presuntos delincuentes».

Antes de comenzar la manifestación, la catalana ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, aseguró que el Gobierno «no va a abandonar» ni a «dejar solo» a ningún catalán y auguró que la marcha organizada en la capital catalana iba a poner «fin al independentismo». «Los catalanes, junto con el resto españoles, queremos continuar construyendo esta gran democracia, esta gran nación que es Cataluña con el resto de España y con el resto de Europa», defendió.