-¿Cuál es su proyecto para Andalucía? ¿A qué aspira en estas elecciones?

-A tener una amplia mayoría que me permita darle estabilidad a Andalucía y utilizarla para crear más empleo, de calidad, y recuperar derechos. Estoy convencida de que Andalucía tiene que liderar una etapa nueva en la que lo verde, lo digital y la igualdad sean las tres señas de un modelo más justo que genere oportunidades laborales.

-Tras el cambio de Gobierno en Madrid por la moción de censura a Rajoy es el primer examen en las urnas para todos o para muchos. Podríamos estar en el inicio de reajustes en los espacios políticos. En realidad, ¿son éstas algo más que unas elecciones autonómicas?

-Son unas elecciones importantes para Andalucía porque son nuestras elecciones, con acento andaluz y hablando de nuestra tierra. Otros procurarán que se hable de otros territorios o de lo que les interesa, que es la previa de las generales, pero yo voy a ocuparme de hablar de Andalucía, de defenderla con un proyecto sólido y solvente. Somos los primeros que llegamos al nuevo ciclo electoral. Estoy convencida de que lo que necesita esta tierra es estabilidad frente a los que ofrecen bloqueo, inestabilidad y retroceso.

-Las elecciones llegan en un momento en que la sociedad está cansada de sus dirigentes, hastiada del encanallamiento. No hay confianza en los políticos. Así, ¿cómo se puede ilusionar al electorado?

-De momento, respondiendo a sus demandas. He vivido la experiencia en este tiempo de que mientras la oposición se dedicaba a denunciar el Gobierno se dedicaba a solucionar los problemas, con un proyecto sólido y solvente para Andalucía, sin hablar mal de nadie, defendiendo aquello en lo que creo. Es lo que esperan los andaluces de nosotros y es lo que voy a hacer. No me voy a meter con nadie, no voy a entrar en esa escalada de insultos en la que están el resto de fuerzas políticas. Voy a defender a esta tierra y lo que es bueno para Andalucía.

-¿Qué valoración hace de la gestión de Sánchez y su Gobierno?

-En cuatro meses el presidente está teniendo más sensibilidad y compromiso con temas fundamentales para Andalucía de la que tuvo Rajoy en todos los años anteriores. ¿Qué es lo que una necesita de Madrid? Tener un Gobierno sensible y comprometido con las inversiones, con el dinero para los recursos públicos, especialmente en dependencia, donde se nos había castigado tanto; comprometido con el empleo, con un plan ya anunciado y que llevaba reivindicando tanto tiempo a Rajoy; y con un trato justo como los andaluces merecen.

-¿Qué ha cambiado de su relación con el presidente? ¿Qué ha pasado desde que compitió con él por el liderazgo del PSOE?

-Al presidente le agradezco su sensibilidad con Andalucía. Cuando alguien trata bien a Andalucía es el mayor regalo que me pueden hacer. Yo intenté tener una buena relación con Rajoy. Cada vez que me llamó allí estuve; en la defensa de nuestro país, en la lealtad con España. Pero, en cambio, Rajoy me respondió maltratando y atropellando a Andalucía en cada presupuesto con las inversiones, no dando a los andaluces lo que era nuestro.

-La oposición agita la precampaña apelando a un cambio para acabar con 40 años de política socialista en Andalucía, que no salimos del bache y en las encuestas de convergencia siempre aparecemos abajo…

-No es cierto. Andalucía ha mejorado mucho. Le doy tres indicadores. En materia de formación, al inicio de la autonomía, del autogobierno, teníamos un 14% de analfabetismo en Andalucía y ahora tenemos un 28% de titulados superiores, más que países como Alemania. La población ocupada en Andalucía se ha incrementado en dos millones de personas, de las cuales 1,4 millones son mujeres, que no estaban en el mercado laboral o fuera de la Seguridad Social. Y el tercer elemento: somos punteros y pioneros en temas como la investigación biotecnológica y con células madre. Además, tenemos un sector agroalimentario que no se parece en nada al del inicio de la autonomía; un PIB, el más alto de nuestra historia, y las exportaciones creciendo.

-¿Cuál ha sido la mayor contribución del PSOE a Andalucía en este tiempo?

-La estabilidad. Sin estabilidad no hay avance. Cuando, ahora, las fuerzas políticas defienden que con la pluralidad hay más diálogo y mayor capacidad de negociar y de representación en las cámaras, deberían hacerse mirar lo de los bloqueos. Si algo ha permitido el avance económico y social de Andalucía, con su potente red educativa, sanitaria, con las universidades más baratas y de calidad, al nivel de otros países europeos, todo ello ha sido gracias a que ha habido una estabilidad. Sin una amplia mayoría del PSOE esa estabilidad no hubiera sido posible. A estas elecciones van dos modelos: quienes pedimos la confianza de los ciudadanos para avanzar, crecer económicamente y ampliar derechos, y quienes les piden el voto a los andaluces para bloquear, generar inestabilidad e inseguridad.

-Pero habrá algo que no ha salido bien en la gestión del PSOE.

-En los cinco años que llevo de presidenta, también he mirado los elementos que puedo mejorar. Incluso más de los que me generan satisfacción. Por ejemplo: tenemos que combatir la burocracia. En una sociedad de la comunicación y digital, donde uno vende y compra, busca un hotel o un viaje a través de internet con las nuevas tecnologías, con el móvil o el ordenador y en cualquier lugar, no puede ser que cada año, cuando uno se relaciona con la Administración, esta le reclame los mismos papeles. No podemos tardar tanto en gestionar algunos trámites que las nuevas tecnologías deben de hacerlo de manera inmediata. Uno de mis retos es eliminar burocracia, dar más dinamismo a la Administración para que vaya en consonancia con el tejido privado.

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, durante la entrevista. Foto: SÁNCHEZ MORENO

-¿Cuál es su balance de la legislatura?

-Creo que ha sido una legislatura buena en crecimiento económico, con históricos del PIB y de las exportaciones. Datos de empleo por encima de la media y, además, hemos utilizando el ciclo de cambio económico para recuperar y ampliar derechos. La legislatura ha sido positiva porque ha tenido lo que no ha habido en España: estabilidad.

-La repercusión del ‘caso ERE’ y el escándalo de la Faffe con el gasto de dinero público en burdeles, ¿ensombrece la campaña del PSOE? ¿Le pasará factura en las urnas?

-Los andaluces conocen perfectamente mi firmeza y transparencia al frente del Gobierno. Después de cinco años de gestión, me presento a las elecciones con la tranquilidad de que no le han podido poner una mancha a mi Gobierno. Es un motivo de satisfacción poder ir por la calle, mirar a los ojos a los andaluces y que sepan que la presidenta ha cumplido su palabra. Este ha sido un Gobierno decente, honesto y transparente. Y en los tiempos que corren esto es muy importante.

-¿Ve radicalizado el Partido Popular con Pablo Casado?

-Lo veo muy asilvestrado (ríe). Creo que la radicalización no es buena para la democracia. Cuando la derecha española se radicaliza de esa manera, e incluso piropea políticas y argumentos xenófobos, racistas, egoístas, de la extrema derecha y blanquea a partidos como Vox, eso es malo para España.

-¿Esta constante presencia de Casado en Andalucía es para enraizar su mensaje o para tratar de frenar una probable caída del Partido Popular?

-No me gusta hablar de la crisis de los demás partidos ni de las desavenencias internas. Ellos sabrán por qué tienen dos caravanas electorales. A Casado solo le pido una cosa: que respete a esta tierra. Porque lo que le he escuchado en los veinte días que llevamos desde la disolución del Parlamento andaluz no lo diría en otros territorios de España de otros territorios. Lo que le pido es respeto; que defienda a su candidato y a su partido, que pida el voto, que me critique a mí como presidenta de la Junta, lo que no hagamos bien, pero que respete a Andalucía.

-En el proceso de elaboración de las listas socialistas han aparecido voces críticas porque al final del procedimiento la opinión del militante no ha pesado tanto.

-El 39º Congreso del PSOE ha sido un antes y un después y eso se ha reflejado en el proceso. Por primera vez todas las agrupaciones de Andalucía han entrado a valorar los militantes quiénes eran los representantes idóneos para encabezar las candidaturas. Creo que ha sido un proceso ejemplar, de los más tranquilos y positivos que yo he vivido. La verdad es que el resultado es un equipazo, de hombres y mujeres, de todos los territorios, de localidades de todos los tamaños; mucho relevo generacional, candidaturas muy jóvenes… hay savia nueva.

- Las mayorías absolutas ya no se dan y usted, si gana, tendría difícil gobernar si no llega a acuerdos con Ciudadanos o Adelante Andalucía, que ya han pregonado que no le apoyarán. Incluso Rivera ha dicho que forzarán una repetición de las elecciones antes que avalar otra legislatura del PSOE. ¿Cómo resolvería una situación de bloqueo?

-Imagínese qué triste es llegar a unas elecciones y, antes de que los andaluces voten, ya se les esté diciendo, oiga, que no le descarto que su voto no sirva y tengamos que repetir las elecciones. Yo, eso, ni lo contemplo. Me parece triste que algunos se presenten a las elecciones pensando ya que van a perder y que, por lo tanto, van a despreciar la voluntad libre de los andaluces. Yo me presento con ilusión y con ganas para buscar esa confianza mayoritaria, una mayoría amplia -nunca he tenido la absoluta- que me permita garantizar la estabilidad. Al día siguiente del 2-D, sea cual sea el resultado, tenderé la mano a todos los grupos políticos buscando el diálogo y lo mejor para Andalucía. Desde ese momento todos tendremos responsabilidad. La gobernabilidad es cosa de todos.

-¿Es posible reconducir la ruptura con Ciudadanos sin reproches por el final de la legislatura?

-El señor Rivera da muchos volantazos y vaivenes vista la trayectoria que tiene. Hay días que dice blanco y al siguiente, negro. Va tomando decisiones en función de sus cálculos electorales y demoscópicos. Lo que me ocupa y me preocupa es tener la confianza mayoritaria de los andaluces.

-¿Pactaría con Adelante Andalucía o al menos estaría dispuesta a hacerlo de manera puntual con tal de hacer gobernable la comunidad?

-Hablaré con todo el mundo, con todos los partidos en la Cámara. Lo que me llama la atención de algunos es que ya están en el reparto de sillones, como la presidencia del Parlamento. Yo, en eso, no estoy ni voy a entrar. Ahora, hablar con PP, Ciudadanos y Andalucía Adelante, sí. La democracia es diálogo y la obligación de quien tiene la confianza mayoritaria de los ciudadanos es dialogar; y de quien no la tiene, de no bloquear.

-He leído una frase suya que dice así: «La pluralidad no puede conducir al bloqueo; el bloqueo implica inestabilidad y retroceso». ¿Vislumbra un panorama donde gobernar solo será posible con acuerdos puntuales?

-Nos vendieron que, a más actores políticos, la pluralidad iba a ser buena para la política y para la sociedad. En cambio, hay quien utiliza esa pluralidad para bloquear e impedir que las instituciones funcionen y eso es gasolina para la extrema derecha y la extrema izquierda, para los populismos y los que quieren deteriorar la democracia. Lo vemos ya en otros lugares del mundo. A mi me tuvieron 80 días sin poder formar gobierno.

-¿Cree que está en peligro la unidad de España, el orden constitucional?

-La inmensa mayoría de los ciudadanos está convencida de que lo mejor que le ha pasado a España es nuestra Constitución y la democracia. Vamos a ser firmes en la defensa de la unidad en igualdad.

-¿Qué medidas concretas va a ofrecer en su programa para dinamizar la economía andaluza la próxima legislatura?

-Lo fundamental es la estabilidad. La estabilidad es la que genera confianza para la inversión y la que hace atractiva Andalucía. Vamos a eliminar trabas burocráticas y a agilizar las relaciones para convertir el Gobierno en un gobierno friendly de la inversión privada en nuestra tierra que permita crear empleo a más velocidad. Vamos a competir en las energías renovables, aplicar medidas en el ámbito digital, y haremos una apuesta inequívoca por el combate contra la precariedad laboral, porque no puede ser que una de las consecuencias de la crisis económica se convierta en un problema estructural. No es admisible que de todo el empleo que se crea, desgraciadamente, un porcentaje importante sea precario. Trabajaremos de la mano con la patronal y con los sindicatos para combatirla.

-Hace justo un año, en un desayuno informativo de este periódico, dijo que Córdoba tiene potencial para convertirse en el principal centro logístico, no solo de esta zona de Andalucía, sino de la mitad de la península. ¿Qué está dispuesta a hacer la Junta para ello? ¿Hay avances?

-Sí. Además del primer plan puesto en marcha y licitado, hemos mantenido reuniones con el Ayuntamiento porque hay en torno a 30.000 metros cuadrados que se pueden desarrollar si el Ayuntamiento urbanísticamente hace sus trámites. ¿Y de qué va a depender la segunda parte de ese plan logístico? De la demanda empresarial, que la estamos buscando. Es decir, unido al primer plan de desarrollo, un segundo con esa capacidad de suelo y que irá ligado, porque para ello estamos trabajando Ayuntamiento, Junta y Diputación, para que esa demanda responda al suelo, la oferta y la ubicación estratégica que tiene Córdoba.

-Ahora que acaba de ponerse en marcha el cercanías de Córdoba, ¿tiene la Junta intención de colaborar en el abaratamiento de tarifas o en extender el servicio hasta la provincia?

-Hay ahí dos elementos a considerar. El primero, la declaración de objetivo de servicio público, que además compartimos. En segundo lugar, le hemos trasladado tanto a la Diputación y al Ayuntamiento como a Renfe, que es la que tiene que liderar la segunda ampliación para llegar a Palma del Río y Villa del Río, que nosotros estamos dispuestos también a colaborar en la extensión del cercanías a la provincia.

-¿El PSOE presume de que la sanidad andaluza es la joya de la corona, pero tenemos unas listas de espera mejorables y a un sector importante de los sanitarios en pie de guerra, ¿cómo explica estas dos situaciones?

-Creo que la situación ha mejorado muchísimo, incluso, en la recuperación de derechos por parte de los sanitarios. Hay una realidad. Cuando en una casa entra la mitad del sueldo, se nota en el día a día. La crisis económica ha hecho que todas las instituciones, y los países, hayan tenido menos ingresos para sostener el gasto público. Que no se ha notado, es imposible. Pero no todos hemos hecho frente a la crisis de la misma manera. Nosotros hemos blindado nuestra sanidad mientras otros han hecho negocio con ella, como ocurrió en la Comunidad Valenciana o en Castilla-La Mancha, por ejemplo. Aquí no se cerró ni vendió ningún hospital; al contrario, se abrieron nuevos hospitales y centros de salud. ¿Y qué hemos hecho en el momento que ha habido un poco de oxígeno? Recuperar derechos, devolver parte de los salarios de los profesionales sanitarios y lanzar la oferta de empleo público más grande de España. Acabamos de aprobar 1.306 plazas nuevas para la atención primaria, que ayudarán a reducir las listas de espera; el aumento de la cartera de servicios y la dotación de nuevas infraestructuras y de inversiones, sobre todo la primaria.

Susana Díaz, en un patio de la sede de la Delegación de Cultura de Córdoba. Foto: SÁNCHEZ MORENO

-Los centros de menores están desbordados por la llegada de menores extranjeros no acompañados y hay denuncias de que la Junta no toma medidas para resolver el problema. ¿Qué ocurre?

-No lo afirme, en el sentido de que no es cierto. ¿Estamos tomando medidas? Sí. ¿Hemos tenido que hacer frente a una llegada masiva de menores a nuestras costas? También. Por eso, en el 2018, se han metido 1.680 plazas de refuerzo asistenciales nuevas en nuestros centros de atención de menores. Pero esto es una responsabilidad que tiene que ser compartida entre todas las regiones. Quien llega a las costas andaluzas llega a España, a Europa, y la responsabilidad sobre esos menores no acompañados, que la inmensa mayoría está en el intervalo de 15 y 16 años, tiene que ser de todos los gobiernos. Nosotros no hemos dejado de atender a nadie. Exijo que haya una responsabilidad compartida entre todos los territorios y entre todos los países.

-¿Pueden confiar los cordobeses en que la Junta se volcará con Medina Azahara?

-¡Nos estamos volcando! Creo que ha sido evidente, como se ha visto en el trabajo conjunto de todas las administraciones y en cómo se volcó también la sociedad cordobesa. Gracias a todos esto pudimos disfrutar el pasado julio de la declaración de Patrimonio de la Humanidad y que sitúa a Córdoba en la cabeza de las ciudades de Europa con mayor número de declaraciones. El trabajo que se vino haciendo antes, más en silencio, antes del reconocimiento, y ahora más público y notorio, es el que ha permitido poner a Medina Azahara en el lugar que le corresponde. Yo me comprometo con la ciudad de Córdoba, con los cordobeses, con quienes lo han hecho posible, que vamos a poner todos los recursos que sean necesarios para seguir siendo merecedores de ese reconocimiento. Y eso será a través del plan estratégico que está desarrollando la Consejería de Cultura, y yo personalmente como presidenta porque viví de cerca el objetivo de conseguir que Medina Azahara fuera reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Yo animo a la gente que viene a Andalucía a que descubra Córdoba. El potencial que tiene de crecimiento en número de visitantes ya se nota desde la declaración. Pero puede ser aún mayor.

-En una ciudad con cuatro títulos de Patrimonio de la Humanidad, ¿qué responsabilidad debe asumir la Junta con Córdoba?

-Enorme. Eso no lo tiene cualquiera. Creo que París, Roma, si no recuerdo mal, y Córdoba son ciudades que tienen cuatro declaraciones de Patrimonio de la Humanidad. Eso te llena de orgullo, pero también de responsabilidad, porque hay que seguir manteniendo en las mejores condiciones esos reconocimientos para ser merecedores de ellos y, por otro lado, se tiene que traducir en generación de riqueza y empleo. La gente tiene que notar que eso le sirve para vivir mejor también.

-El Museo Arqueológico necesita una ampliación para mostrar sus fondos y con el Museo de Bellas Artes se plantea una nueva sede. Un compromiso de la Junta en estos dos asuntos beneficiaría mucho a Córdoba. ¿En dónde estamos?

-En esta legislatura hemos avanzado en el plano de museos. Por ejemplo, el Centro de Arte Contemporáneo es una joya. Córdoba se tiene que convertir en una referencia cultural, tanto por el patrimonio histórico, reconocido mundialmente, como por la capacidad de atraer visitantes a conocer nuestra cultura. Aquí hay gente puntera, vanguardista. Habrá que trabajar para que la oferta de espacio para esas muestras sean acordes con el talento que tiene la ciudad y la provincia, que es mucho. El Centro de Arte Contemporáneo ya es una referencia, pero tiene que seguir creciendo, y ahora hay que ver el resto de la oferta en qué situación está.

-El asunto de la Mezquita-Catedral y de las inmatriculaciones. ¿De qué manera se puede resolver esta situación? Usted, personalmente, ¿qué piensa de todo esto?

-Siempre lo he dicho, no he cambiado mi posición. La Mezquita-Catedral es de todos los cordobeses, tiene que ser de todos los cordobeses, y el carácter público se tiene que preservar aunque la gestión la lleve la Iglesia. Me hubiese gustado más diálogo en esta legislatura para hacerlo posible. Con un poquito de generosidad y de voluntad de diálogo sería bastante más fácil, y yo lo he procurado y lo seguiré procurando después del día 2. Que es de todos los cordobeses es un sentimiento colectivo; y que, perfectamente, siga siendo de gestión de la Iglesia, también. En este asunto tiene que haber generosidad y diálogo por parte de todos. Y hay quienes lo hemos puesto y otros no.