La empresa de autobuses de Córdoba no estudiará a priori el impacto que tendrá el cercanías en las líneas que unen la capital con las barriadas periféricas de Villarrubia a Alcolea. El presidente y el gerente de Aucorsa confirmaron ayer que no hay un plan b y que, en todo caso, se estudiará si se deben modificar líneas o cambiar horarios y frecuencias una vez que empiece a funcionar el cercanías. En principio, confirmó el concejal de Movilidad, Andrés Pino, durante un tiempo convivirán con las mismas frecuencias y horarios los autobuses a la periferia --cuyo servicio presta una empresa concesionaria hasta 2026-- con los trenes de cercanías hasta ver la aceptación que estos tienen.

Para Juan Antonio Cebrián, gerente de la empresa, el funcionamiento de sendos medios de transporte va a depender «de muchas decisiones individuales», por lo que no sería posible predecir con antelación qué va a ocurrir. Además, ha indicado que las líneas de la periferia «mantienen el tipo pero pierden viajeros».

Esta decisión choca, sin embargo, con el encargo que hizo hace ya unos meses la alcaldesa, Isabel Ambrosio, después de que se conociera un informe de la Junta de Andalucía que recogía que la captación de las tres cuartas partes de los viajeros que tendrá el cercanías provendrá de Aucorsa, mientras que el vehículo privado aportaría el 25% restante.

El concejal de Movilidad, Andrés Pino, por su parte, añadió a esta reflexión que «nunca, nunca, en ningún trayecto los modos de transporte son excluyentes» y defendió la existencia de las dos alternativas, que «siempre serán mejor» que el uso del vehículo privado. «Serán ofertas distintas en cuanto a horarios y frecuencias», afirmó en su defensa del transporte público.