La sensación gratificante que se despierta en los diseñadores tras ver sus prendas en las mejores pasarelas del territorio nacional y extranjero no surge de manera fortuita. A los años de duro trabajo para lograr asentar una firma se añade el peso de la crisis económica. Ana Torres reconoce que su firma empezó a exportar a países como Arabia Saudí para suplir la bajada de ventas que notó a nivel provincial y nacional. «También hay que tener en cuenta que trabajamos con buena costura, no asequible para todo el mundo», comenta Torres. Precisamente, al bolsillo cordobés le cuesta asumir la alta costura, como confirma Alejandro Gómez Palomo: «No creo que haya una industria del lujo en Córdoba, ni público que invierta en ella».

Respecto al público, el cordobés remolonea a la hora de comprar moda autóctona. Así lo percibe Francisco Tamaral quien, para captar a un público «reacio a comprar o encargar en Córdoba», ve imprescindible realizar un buen producto final que también venza a la competencia desleal y la economía sumergida.

Para Marisa G. Cano, el lograr establecerse y mantenerse «no es una cuestión de provincia» debido a las posibilidades que ofrece la globalización. Para Cano, «la ilusión lo puede todo y cuando se tiene pasión no hace falta nada más para conseguir los objetivos». No obstante, se refiere al proceso creativo para manifestar la dificultad que supone «materializar las colecciones que tan bonitas quedan en los diseños», en un universo «muy bonito y con mucho recorrido», pero en el que los jóvenes emprendedores no lo tienen fácil ya que «destacan solo unos pocos y no hay una estructura industrial detrás».

El éxito que se percibe de la emisión del programa Maestros de la Costura pone de manifiesto las dificultades que afrontan las jóvenes promesas del diseño para lograr hacerse un nombre en el sector. Aparte del alboroto mediático que despiertan algunas figuras, otras, declara Francisco Tamaral, «de la misma valía podrían tener la misma proyección si se mostrase más interés en ellas por parte de los medios y las administraciones». Tamaral reclama que los medios cordobeses «no se hayan hecho eco» de los diseñadores cordobeses que han presentado este año sus colecciones en Simof.

Juana Martín, queriendo dejar clara la «gran calidad artística de Córdoba», se lamenta de que esa realidad no termine de percibirse en la provincia. «Muchas veces no vemos lo que tenemos. Hay que apostar por la moda cordobesa, ayudarla», para lo que propone más ayudas por parte de las instituciones y más consideración al diseñador.