Las organizaciones de agricultores y ganaderos consultadas por este periódico coinciden en destacar la preocupación del campo cordobés por la falta de lluvia y las altas temperaturas, y apuntan distintos perjuicios del periodo de sequía. El coordinador del área de Servicios Agropecuarios y Forestales de Asaja Córdoba, Eduardo Eraso, avanza que «como el otoño sea igual de seco, la situación será bastante crítica en el campo cordobés», y destaca que la sequía ha llevado a constituir una mesa de agua, ante la posibilidad de que en el futuro se produzcan restricciones para los cultivos de regadío (algodón, maíz, hortícolas, olivar de regadío o cítricos).

Eraso señala que la falta de precipitaciones ha afectado a los cereales, aunque no tanto como se esperaba, y «estamos muy preocupados por la campaña de girasol». Además, adelanta que «la falta de lluvia hará que no haya alimento para el ganado» y que un periodo tan continuado de sequía y altas temperaturas «puede afectar bastante a la producción futura de cítricos y de olivar».

El secretario general de UPA en Andalucía y en Córdoba, Miguel Cobos, cree que «si no viene un año bueno de lluvias, será difícil que haya agua de riego para las próximas campañas», y recuerda que el pasado mayo ya se aprobaron las dotaciones de agua para los regadíos «con reducciones de un 10%» por la sequía y la situación de los embalses (que están al 46% de su capacidad), pero los agricultores han tenido que empezar a consumir este recurso antes por el calor.

Cobos subraya que en el olivar «se están cayendo muchas aceitunas» porque los árboles no tienen suficiente humedad, e indica que pese a haber previsto una cosecha de 270.000 toneladas, «ya se ha perdido un 20% de la producción». A esta situación se añaden otras como la del regadío, donde «los cultivos se sacarán adelante, pero con costes adicionales».

Por otra parte, la secretaria general de COAG, Carmen Quintero, comenta que «la campaña apícola se puede calificar como desastrosa» y estima que «se ha producido una reducción de la cosecha de en torno a un 50 % con respecto a un año normal». Entre otras consecuencias, indica que «las temperaturas tan elevadas que se están registrando pueden ocasionar la pérdida de colonias (de abejas) por asfixia». Además de esto, destaca que las previsiones para el olivar no son optimistas y apunta otros efectos negativos del tiempo que se está registrando como que «en la viña, las heladas de marzo y la sequía representan pérdidas de hasta un 60% en zonas como la de Montilla--Moriles».