Posiblemente, gran parte de las dos decenas de miles de aficionados que se den cita esta tarde en El Arenal haya imaginado cómo sería un momento como el que vivirán a partir de las 20.00 horas. Lo habrán soñado, incluso en voz alta: "¿Cuándo estaremos nosotros como ellos?", "¿porqué no hemos tenido ni un instante así, para al menos poder disfrutarlo?", "¿no veremos nunca ni tan siquiera la posibilidad de poder rozar lo máximo con las yemas de los dedos?". Ese instante, ese momento es aquí y ahora. Es hoy, a partir de las 20.00 horas, en El Arcángel y ante la UD Las Palmas, el único obstáculo que le queda al Córdoba no para rozar, sino para agarrar la Primera División 42 años después.

La cita, por lo tanto, es ineludible. Después de más de 40 años de condena (alguno, incluso, por debajo del infierno de Segunda B), todo el cordobesismo se cita en el Reino para dejar atrás todo, el pasado no existe. El paso solo se puede dar hacia adelante porque han sido demasiados dados hacia atrás y al Córdoba ya le toca. Le debe tocar. Es el convencimiento, intuición o reivindicación de todos los que han estado, están y estarán. El paso definitivo, gigante, que le envíe desde el 1972 bajo la dictadura franquista hasta el 2014 del reinado recién estrenado por Felipe VI. Pero el estreno que pretende el Córdoba es el que la historia le debe.

Y para ello el conjunto blanquiverde parece más tranquilo que nunca, casi sereno. Es la imagen que ha transmitido desde su llegada Albert Ferrer, que ayer confeccionó una lista con 19 jugadores en la que estaban Miguel Angel Nieto y José María López Silva, esta vez de verdad, porque ahora sí, el onubense parece disponible incluso para disputar muchos minutos.

El rival, ese último escollo que se necesita salvar para romper la negra cuarentena, llegó ayer con toda su plantilla. La Unión Deportiva Las Palmas es favorito, porque lo era incluso para el ascenso directo viendo los nombres que configuran su plantel. Los Apoño, Valerón, Nauzet Alemán o Aranda intentarán hacer valer esa condición después de que Josico le haya dado a los amarillos un aire más compacto. De hecho, se estrenó con derrota en Mallorca para después encadenar tres triunfos consecutivos, los dos últimos en la semifinal ante el Sporting, al que dejó a cero.

El Córdoba, fiel a su línea histórica, deberá romper incluso ese favoritismo del rival y llevarse una renta factible para el duelo en el Gran Canaria del domingo. Y para ello mucho tendrá que decir El Arcángel, un estadio de Segunda que cierra hoy hasta la próxima campaña en la que quiere ser ya de Primera.