El exconsejero de Empleo Antonio Fernández se acogió ayer a su derecho a no declarar a las preguntas del magistrado Juan Antonio Calle Peña, sobre el interrogatorio que la juez instructora Mercedes Alaya sometió a Fernández en abril de 2012 «por temor» y sentirse «asustado». En el inicio de la sesión de mañana, Antonio Fernández tomó la palabra antes de que el tribunal le continuara cuestionando sobre las «contradicciones» entre su declaración en fase de instrucción ante la juez Mercedes Alaya --por la que esta lo envió a prisión provisional-- y la prestada en este juicio. El exconsejero confesó que el martes «me aturdí y me sentí asustado» al no entender el sentido de las preguntas del presidente de la Sala. «No puedo asumir ni reconocer lo que dije», advirtió.

Antonio Fernández se acogió a su derecho a no declarar porque continúa en ese estado de «temor», declaró, y no se siente en condiciones de seguir respondiendo, precisando que las «discrepancias» entre las declaraciones ante Alaya y en la vista oral «están suficientemente respondidas a preguntas del fiscal y su defensa».