El Gobierno alemán consideró ayer, un mes después de la introducción de medidas restrictivas para controlar la propagación del coronavirus, que la pandemia en el país es «controlable». En una rueda de prensa para hacer un primer balance sobre la eficacia de las medidas adoptadas, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, afirmó que el «frenazo total» acordado hace cuatro semanas por el Gobierno federal y los Länder ha sido un «éxito» y se mostró convencido de que el brote es «controlable».

Spahn precisó que se ha pasado de un crecimiento dinámico de contagios a una evolución lineal y subrayó que en ningún momento el sistema sanitario alemán se ha visto colapsado. El ministro alemán destacó la «estrecha red» de consultas y el trabajo de los médicos de familia que han contribuido a la atención de los contagiados y señaló que seis de cada siete casos se han atendido de forma ambulatoria.

Celebró Spahn que los hospitales hayan sido capaces de ampliar el número de camas en las ucis hasta las 40.000, pero advirtió que las 10.000 libres no se podrán mantener así indefinidamente. El número de contagios causados por un infectado cayó ayer por debajo de 1, un valor que se persigue para hablar de la remisión de la epidemia.