-¿Goza la participación ciudadana en Córdoba de buena salud?

--Perfecta, siempre que se propicien las condiciones para que la gente participe cada vez más. Si cortas la participación, la gente se cansa de luchar. Pero en Córdoba siempre ha sido un gran activo, desde el punto de vista reivindicativo y como colaboradores con las instituciones.

-¿Conocen los colectivos las herramientas municipales para poder intervenir en la vida municipal?

--Las asociaciones vecinales, sí; las sectoriales, no tanto. De ahí que la Escuela de Participación Ciudadana tenga tanto éxito.

-Hay quien cree que siempre participan ‘los mismos’, ¿qué hay de cierto en esa valoración?

-La participación tiene mucho de voluntariado, es un trabajo, un esfuerzo que realizan vecinos y vecinas que deben conciliar con sus vidas y sus trabajos. Cuesta mucho que a ese voluntariado entre gente nueva, pero eso no significa que siempre sean los mismos. Es verdad que dentro de cada terreno es poca gente la que lleva la voz cantante, aunque luego hay una masa detrás que no se conoce.

-Hay quien piensa, partidos políticos incluidos, que el movimiento vecinal organizado está sobrevalorado. ¿Cuál es su opinión?

-Para algunos, la democracia es votar cada cuatro años. Los partidos oscurantistas son poco propicios a la democracia real, pero desde IU creemos que hay que tener en cuenta la opinión de todos, sobre todo la del ciudadano.

-¿De qué adolece y qué ofrece la Escuela de Participación Ciudadana de Córdoba?

-Es un instrumento fundamental, que está generando expectativas muy grandes incluso en la esfera internacional. Me sorprende que estuviera durante cuatro años cerrada. Adolece de experiencia por su juventud (se creó en 2011), le falta aún aprender de sus errores y mejorar los instrumentos de comunicación. Habrá que ir recuperando los medios que ha ido perdiendo y la inversión. También necesita más publicidad porque a veces no se conoce su actividad. Virtudes, todas.

-En los primeros meses del año ha organizado 26 actividades en 11 distritos, ¿si no se participa es porque no se quiere?

-O porque no se puede, también. No podemos olvidarnos de la exclusión social, que dificulta la participación, aunque hay asociaciones como Barrios marginados que tratan de propiciarla. El modo de vida tampoco nos deja compartir en ese sentido.

-¿Tuvieron las peñas en un tiempo demasiado protagonismo?

-Sí, en esta ciudad las peñas han tenido un peso específico, pero se han distinguido del asociacionismo vecinal porque tenía un cariz más cultural o de ocio.

-¿Qué medidas de control tiene el Ayuntamiento para fiscalizar las ayudas a colectivos?

-Todas las que nos ofrece la ley. Por desgracia no es mucho lo que podemos aportar económicamente.