Emocionados y felices recogieron la Medalla de Andalucía Francisco Ortiz, director del instituto Aguilar y Eslava, que estuvo en el escenario junto al resto de premiados, y Salvador Guzmán, presidente de la fundación, que subió desde el patio de butacas para recibir la distinción, porque ambos representan una perfecta simbiosis -«la fundación no tendría razón de ser sin el instituto y el instituto no tendría sentido sin la fundación», explicaron- de una institución educativa que lleva 340 años, desde 1679, implicada y comprometida con la educación y el patrimonio egabrense. A la Maestranza acudió a apoyarlos una nutrida representación del Aguilar y Eslava, entre profesores, antiguos alumnos, colaboradores y familiares, al mismo tiempo que el alcalde de Cabra, Fernando Priego.

El director del instituto, Francisco Ortiz, dijo que «se reconoce nuestra doble labor, la educativa y la recuperación de nuestro patrimonio histórico». Ambos reconocieron que «se cierra un ciclo» de un trabajo de 30 años, que comenzaron en los años 90, de recuperación del centro a nivel educativo, con la reforma de las aulas y acondicionamiento de espacios, a lo que añadieron el museo (en el 2007) y en el 2018, en una casa contigua, el centro de estudios Manuel Vargas, además del oratorio.

El alcalde, Fernando Priego, dijo tras el acto que supone «un honor y un orgullo muy grande» este reconocimiento porque el instituto es «piedra angular de la cultura y de la historia de nuestra ciudad desde hace más de tres siglos y todos los egabrenses tenemos un vínculo muy especial con esta institución». Pero, además, el alcalde dijo que es «ese relicario de la cultura cordobesa que atesora un patrimonio inmenso».