La Mesa del Regadío de Córdoba, un organismo integrado por las organizaciones agrarias de Córdoba, cooperativas agroalimentarias y la Delegación Territorial de Agricultura, exigió ayer un mayor equilibrio territorial en el reparto del agua en la cuenca del Guadalquivir al ponerse sobre la mesa la asignación actual de provincias limítrofes y cómo han crecido en las últimas décadas frente a Córdoba. Durante la jornada, en la que intervinieron varios expertos, se puso como ejemplo los datos del año 1985 y cómo han evolucionado hasta el 2014. La que más ha crecido ha sido Jaén, que ha pasado de 86.500 hectáreas a 292.218 (el 37% de su superficie cultivada está en riego ya). Sigue Sevilla, que tenía 209.100 hectáreas y en el 2014 cuenta con 306.952 (32% de su superficie cultivada). Por el contrario, Córdoba tenía 72.700 hectáreas y en el 2014 tenía 121.294 hectáreas. Esta superficie significa solo el 14% de la tierra cultivada, porcentaje que superan también Huelva (17%) y Cádiz (16%).

Todo a pesar, como se recogió ayer en la jornada en distintas intervenciones, de que Córdoba almacena el 47,5% de la cuenca del Guadalquivir, que significa el 50% de la regulación general, que es el sistema principal que abastece al regadío. Además, se recordó que Andalucía solo aprovecha el 20% del agua de la cuenca, mientras que el 80% termina en el mar. «El agua es futuro y no se puede limitar el derecho territorial de equilibrio de algunas provincias frente a otras», se defendió en las intervenciones. En el acto se analizaron las dotaciones de los distintos cultivos y se remarcó que aprovechamientos que tienen un riego deficitario, como sucede con el olivar, consiguen una gran productividad. El olivar representa el 19% del regadío andaluz y aporta más del 40% del valor absoluto bruto generado en la cuenca. A esto hay que unir, según se insistió, el incremento de la renta de los municipios, al ser un cultivo muy social por el empleo que genera, contribuyendo al mantenimiento de la población en el medio rural.

Junto a la demanda de una mayor superficie de regadío, expertos y organizaciones agrarias demandaron una mayor celeridad en la gestión del agua por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). «Es necesario un debate sobre la realidad de la CHG y dilatación de los plazos para cualquier nuevo trámite que se lleva a cabo, lo que provoca que existen fugas de proyectos por la excesiva burocracia», se indicó.

Ante el nuevo panorama en unos tiempos que se consideran claves para responder a la creciente competitividad y no perder oportunidades en algunos cultivos frente a otras provincias, la Mesa del Regadío planteó que se busquen soluciones nuevas a problemas nuevos. «La agricultura está cambiando, el paisaje cambia. El futuro requiere medidas para hacer rentables los cultivos y evitar que se pierda competitividad. Los problemas están aquí ya», llegaron a sugerir miembros de la Mesa del Regadío durante la jornada.