Marina Moreno es una de las personas que este año se beneficiará de los trabajos de temporada, en su caso, en un puesto de gofres que se abre exclusivamente para el periodo navideño. El 15 de enero el empleo expirará. «Me enteré de esta oferta de trabajo por casualidad, gracias a una amiga, por un anuncio que puso la dueña del negocio». Madre de dos hijos, su marido está en el paro desde hace meses así que este contrato vino a salvar dos meses especialmente difíciles, sobre todo, cuando hay menores en casa.

Su marido es «camarero, auxiliar de seguridad, pintor» y ella también, «busco en hostelería, donde tengo experiencia y el título de la escuela oficial, y también como auxiliar de seguridad». Según su experiencia, la contratación temporal representa «un sinvivir» porque «no te aporta la estabilidad económica que necesita una familia». Agradecida por el empleo, que le ha reportado una remuneración de más de 800 euros mensuales con una jornada laboral de cuatro horas, «un lujo teniendo en cuenta lo que hay por ahí», asegura que a falta de unos días de que el contrato acabe «ya estoy preocupada pensando a ver qué hago después».

Sincera, Marina explica que justo antes de encontrar este trabajo se vino abajo porque «eché un montón de currículos en muchos sitios y no me llamaba nadie pese a tener experiencia». Cuando no entran ingresos en casa, «es mi madre quien nos alimenta y quien me ayuda a pagar el alquiler porque no tenemos ninguna prestación económica», afirma. Se queja de que «la asistenta social nos ha tenido engañados durante ocho meses esperando el salario social que nos vino denegado». Al parecer, la solicitud se presentó cuando ella estaba de baja en un trabajo anterior, por lo que, a efectos oficiales, no cumplía todos los requisitos pese a que se quedó en el paro poco después. «Ahora tendremos que empezar otra vez todo el proceso desde cero y esperar», lamenta, «aunque lo que nosotros queremos es conseguir un trabajo estable en condiciones con el que no tengamos que depender de nadie y vivir dignamente».