El presidente de Vox, Santiago Abascal, denunció ayer una criminalización «al unísono», «coordinada y sistemática» de todos los partidos políticos y de algunos medios de comunicación contra los argumentos, los dirigentes y los votantes de la formación. «Ahora están todos contra Vox», recalcó en Valencia ante unas siete mil personas durante el acto más multitudinario de la campaña, en el que mostró su solidaridad con los valencianos que padecen, según dijo, «la quinta columna del separatismo catalán».

Abascal advirtió de que los demás partidos han «entrado en pánico» después del debate del lunes de los candidatos a la presidencia del Gobierno, porque deben tener datos «preocupantes» y porque los argumentos de Vox «no solo eran incontestables, sino incontestados», añadió. Y, por eso, dijo, se están dedicando a criminalizarles y a repetir la «alerta antifascista» que ya lanzó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, tras las últimas elecciones andaluzas.

Según advirtió, están «desatados» e «histéricos» hasta el punto de que este jueves el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha dicho que «hay que parar a los franquistas» y la «ocurrencia» de que Vox es un «producto y un complot» del exlíder del Partido Popular y exjefe del Ejecutivo José María Aznar.

«No, Vox nace de la sociedad española, Vox nace de la indignación, nace de los deseos de libertad y del amor a España. Absolutamente por ninguna otra razón», afirmó.

Junto a los ataques de Sánchez, sumó otros procedentes del Partido Popular con la supuesta «conspiración judeomasónica» del PSOE y Vox para impedir su crecimiento, los de Podemos y los «pijiprogres que viven en las mansiones», los del Partido Nacionalista Vasco con la negativa de Aitor Esteban a saludar a Iván Espinosa de los Monteros en el debate de portavoces parlamentarios o los del líder de Más País, Íñigo Errejón.