«A mí se me obliga a tener todo en regla y a los VTC no», aseguraba uno de los taxistas que no secundó la huelga. Este taxista, que se mostró muy crítico con Auttacor y que censuró también a Etaxi, era uno de los pocos que esperaban en una de las paradas del centro. Cerca, otro taxista, José Manosalvas, que hacía un pequeño paréntesis en su ruta por el Reina Sofía, el Castilla del Pino y Renfe, aseguró que la mañana estaba «tranquila».

Las estaciones ofrecían una imagen inusual. Varios viajeros esperaban en la puerta de la estación del AVE con paciencia, ya que en media hora no había aparecido nadie. Un usuario, procedente de Zaragoza, relataba que en aquella ciudad sí había podido coger un taxi al no estar 24 horas en huelga. Extraño era también ver pocos vehículos esperando en el Reina Sofía, donde algunos usuarios optaron por llamar a familiares al percatarse de la escasez de taxis. Uno de los taxistas que entró en el turno de la 13.00, y que estaba recogiendo a pacientes, se mostró en contra de las licencias para los VTC, que «se dan sin control ninguno».