El 91% de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas entre el 2005 y 2015 en Andalucía no esperaban la agresión porque el maltratador actuó con alevosía, en su mayoría «alevosía sorpresiva», un acto cobarde que impidió que ellas pudieran defenderse, según un estudio realizado por la abogada Aurora Genovés por encargo de la Consejería de Justicia e Interior que se presentó ayer en Córdoba. En 9 de cada 10 casos analizados, existió alevosía, un agravante que se da cuando el culpable comete el delito empleando en su ejecución formas que le permitan asegurar, en este caso la muerte de la víctima, sin que exista riesgo de que la otra persona pueda defenderse.

NO son fruto DE UN ARREBATO// Según las conclusiones de dicha investigación, «pionera en España por el número de casos que ha analizado y por la profundidad del análisis realizado», según subrayó la consejera de Justicia, Rosa Aguilar, «los hechos desmienten la idea de que las agresiones se produzcan como fruto de un arrebato o tras un altercado», ya que la gran mayoría de las sentencias estudiadas (75%) concluyen que se produjo «asesinato y no homicidio», al no existir atenuantes como consumo previo de alcohol o estupefacientes.

EN MUNICIPIOS PEQUEÑOS // El estudio revela además la mayor prevalencia de víctimas mortales en municipios pequeños, lo que ha saltado las alertas ante la posible falta de información sobre las herramientas que las mujeres tienen a su disposición para prevenir o denunciar estos casos. En cuanto al origen de procedencia de las víctimas, de las 150 mujeres asesinadas en Andalucía en esos once años 25 eran extranjeras y 125, españolas. Ambos datos ponen de manifiesto la necesidad de reforzar la información tanto en las poblaciones pequeñas como a las mujeres extranjeras, que desconocen las herramientas que tienen a su disposición para defenderse. La consejera de Justicia anunció ayer al respecto que se va a «establecer un sistema de información específico para mujeres extranjeras que no hablan bien el castellano y, de cara a la modificación de la Ley de Protección y Prevención contra la Violencia que está planteada en el Parlamento, «se fortalecerán los centros de información de la mujer en los pueblos, unos centros que el Gobierno quiso vaciar de funciones y que nosotros vamos a empoderar», recalcó Aguilar, con el objetivo de que las mujeres de los municipios pequeños tengan a su alcance toda la información necesaria para protegerse en caso de ser víctimas de violencia de género.

LAS MATAN EN SU CASA // La mayoría de los asesinatos, el 75% de los casos registrados, se produjo en el domicilio de la víctima (112 casos frente a 38), un 66% de las cuales convivían con el agresor en el momento de la muerte. Además, casi la mitad de las agresiones, el 49% de los casos, se produjeron en el dormitorio.

PARENTESCO // En el 73% de las sentencias analizadas, se aprecia la circunstancia agravante de parentesco. Un 40% de las mujeres fueron asesinadas por sus cónyuges y un 32% por su pareja. 87 de las 150 víctimas tenían hijos que, según indicó Genovés, «están cerca» cuando las matan.

PERFIL DEL AGRESOR // En cuanto al perfil del agresor, no existe como tal si bien se puede establecer que se trata de un maltratador continuado, que utiliza habitualmente la violencia para que la mujer le obedezca, que elige el momento en que la víctima no espera ser atacada, por lo que ni siquiera tiene opción a defenderse. El agresor utiliza mayoritariamente el arma blanca para ejecutar a la mujer. En cuanto a atenuantes, solo un 5% presentaba embriaguez y un 8%, trastorno mental transitorio.