Precariedad, estacionalidad y temporalidad. El mercado laboral de Córdoba no lograr desprenderse de estos tres calificativos que, año tras año, siguen definiendo el empleo en la provincia. A estos calificativos se está uniendo en la última década el de despoblación (Córdoba pierde población desde hace siete años, tanto por los menores nacimientos, como por la mayor movilidad laboral). Lejos de una terciarización e industrialización, en Córdoba sigue siendo la agricultura la principal actividad en la que se genera más empleo, mientras que la industria continúa como el sector que contrata a menos trabajadores. El balance anual publicado ahora por el Observatorio Argos, de la Consejería de Empleo, no deja lugar a dudas. De los 560.002 contratos que se hicieron durante el pasado año, el 45,9% correspondieron al sector agrario (253.307 empleos), superando a los servicios (40,2% y 225.524 contratos). Lejos se encuentran la construcción (7,97% y 44.645) y la industria, que es el sector en el que se hacen menos contrataciones, con solo 32.524 durante el 2018 (5,8%).

El informe destaca que Córdoba es la cuarta provincia andaluza en la que tiene un mayor peso la contratación agraria respecto al total de sectores económicos, solo superado por Almería, donde la agricultura absorbe el 61,3% de los empleos creados durante el pasado año; Jaén (55,28%) y Huelva (49,1%). Por el contrario, el porcentaje del empleo agrario generado en el 2018 es inferior en Granada (31%), Sevilla (22,2%), Málaga (11,9%) y Cádiz (10,1%). Córdoba, además, es una de las tres provincias andaluzas en las que la agricultura domina en la contratación, junto a Huelva y Jaén.

Las dificultades que tienen los jóvenes para acceder al mercado laboral se reflejan también en el informe de Argos, que recoge que solo el 15,1% de los contratos fueron para menores de 25 años, mientras que la población que tiene entre 25 y 44 años acapara el 52,4% y la que tiene más de 45 años, el 32,4%.

Precisamente, las organizaciones sindicales advierten que, pese a la reducción del paro que se produjo durante el pasado año (se cerró con 66.740 desempleados, la cifra más baja en un mes de diciembre desde 2008), el ansiado cambio del sistema productivo sigue sin llegar, además de producirse un incremento de la despoblación de la provincia. El secretario de Empleo de CCOO en Córdoba, Manuel Merino, ha asegurado que es necesario poner en marcha mecanismos que propicien un cambio de modelo productivo en Córdoba y «afiancen no sólo el crecimiento económico, sino también el ritmo en la creación del empleo y la calidad de mismo». En este sentido, el secretario de Formación y Empleo de UGT Córdoba, Manuel Torralba, piensa que persisten los problemas de la economía de la provincia pese a reducirse el paro. Torralba advierte de la dependencia de sectores productivos estacionalizados en la contratación. Por su parte, la presidenta de CSIF en Córdoba, Dolores Navajas, advierte de que la temporalidad y la precariedad siguen definiendo el mercado laboral cordobés, con una temporalidad que se cerró en el 2018 en el 96,3%. Por eso pide que en el 2019 «redoblemos los esfuerzos para que se sigan reduciendo las listas del paro en nuestra provincia, pero con un empleo de más calidad». Además, Navajas vincula la pérdida de población de Córdoba a la falta de actividad en la provincia, lo que hace que «muchos de sus habitantes» opten por marcharse a otras zonas del país y fuera de España para encontrar un puesto de trabajo y así poder desarrollar su proyecto de vida. Y es que en solo cuatro meses se hacen en la provincia el 40,2% de los contratos que se firmaron durante el pasado ejercicio, destacando diciembre, con 65.497 contrataciones, seguido de enero (57.718), noviembre (51.880) y mayo (50.366). Por el contrario, agosto, con 39.029 contratos, fue en el que se hicieron menos.