El comedor social trinitario nació en 1989, en un edificio situado entre el colegio de los trinitarios, que lo cedió, y la muralla del Marrubial. El año que viene, cumplirá 30 años en esta ubicación que, según sus responsables «se ha quedado pequeña y obsoleta para ofrecer a los usuarios un servicio de calidad». No hay más que dar una vuelta por el inmueble para ver que hace falta espacio. Hace tiempo que en el comedor se hacen turnos porque todos los usuarios no caben en la sala. La zona de almacenaje del comedor y el ropero tampoco dan ya más de sí. Y eso por no hablar de las duchas. A eso se suma la ubicación, muchos años abandonada y que estos días se encuentra manga por hombro por las obras del carril bici. «El otro día, una usuaria que acude al comedor en silla de ruedas se cayó a la entrada», explicó el director del comedor, cuya accesibilidad es bastante deficiente.

Aunque el servicio sigue prestándose cada día, hace al menos dos años que el comedor trinitario está en conversaciones con la Gerencia de Urbanismo para formalizar la cesión de un espacio, que se sumaría al que ya recibieron en diciembre del 2017 para la apertura del centro de día, la llamada Casa de la Libertad, inaugurada en marzo de este año. Desde la puesta en marcha del centro, 261 personas han pasado por sus instalaciones donde se han impartido más de veinte talleres ocupacionales. El centro de día, que ocupa una parte de la antigua sede de Cruz Roja en Sagunto, fue cedida por el Ayuntamiento para este fin en condiciones de habitabilidad y acondicionada por Prolibertas para atender a los usuarios. Desde que abrió sus puertas, las personas sin hogar tienen un lugar donde «tomar la merienda, charlar, resguardarse del frío y el calor durante el día y tener acceso a talleres y a servicio informático para buscar trabajo».

El sueño de la institución en este momento es recibir como regalo para su 30 aniversario la cesión del espacio prometido por Urbanismo hace dos años. «Esa sería la mejor noticia para nosotros», coincidieron el director general de Prolibertas y el director del comedor, que mostraron la disposición de la organización a buscar medios para habilitar el edificio en cuestión. «La propuesta que se nos ofreció en su día fue ampliar la cesión en el antiguo cuartel de Lepanto para que el comedor estuviera junto al centro de día», explicaron, «pero eso aún no se ha concretado y seguimos a la espera».

URBANISMO // La Gerencia de Urbanismo respondió ayer que «valora positivamente la labor de Polibertas»y que están trabajando «para que el año próximo, en su 30 aniversario, puedan disponer de un espacio más amplio para desarrollar la función de comedor social y otros servicios de apoyo a personas en situación de exclusión». Esta actuación, según las mismas fuentes, «se enmarcará en otras de mejora urbana del barrio».