El 21 de junio del 2017 dos productoras de aceituna de California denunciaron ante las autoridades federales de la administración de Donald Trump al sector español de la aceituna de mesa, en concreto la aceituna negra, con el argumento de que estaba dañando seriamente a la industria aceitunera norteamericana, debido, según los denunciantes, a que esta producción en España cuenta con subvenciones europeas y con prácticas de dumping (vender por debajo del precio de costo). La política proteccionista del gobierno estadounidense, al poner en su punto de mira a la aceituna negra, lo hacía por extensión al modelo de ayudas de la política agraria europea.

A raíz de esas denuncias, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC) anunció la semana pasada que había avanzado en su investigación por competencia desleal y de derechos compensatorios sobre la aceituna negra de España, producida mayoritariamente en Andalucía. Aunque la exposición de motivos y la adopción final de los aranceles a la aceituna negra no se producirá hasta el 24 de julio, la decisión de esta comisión implica que se impondrá algún tipo de órdenes sobre la importación de este producto español, con aranceles que podrían ascender a un 34,75%, frente a un máximo del 21,6% establecido provisionalmente desde enero, lo que supone una subida del 60%.

Contra estos aranceles, el pasado 5 de julio agricultores, cooperativistas, entamadores y envasadores de toda Andalucía se manifestaron en Sevilla frente al Consulado de Estados Unidos.

Debido a esta situación avalada por el gobierno Trump, las pérdidas en exportaciones de aceituna negra dirigidas a Estados Unidos ya son evidentes en España, con una caída del 42%, y de hasta el 84% en Córdoba, en los primeros meses del año. Mientras, otros países como Marruecos, Egipto o Turquía han visto cómo sus ventas a EEUU crecían el 33%, 50% y 82%, respectivamente, señaló recientemente Asaja Córdoba.

Andalucía ha venido surtiendo a Estados Unidos con cerca de 100.000 toneladas de aceituna de mesa anuales, el 68,5% de todas las importaciones estadounidenses de este producto. Mayoritariamente la aceituna de mesa que se produce en Córdoba procede de olivares del sur de la provincia y es de la variedad hojiblanca, una de las empleadas para obtener la aceituna negra.

En la campaña 2017/18, en la provincia cordobesa se produjeron más de 70.000 toneladas de aceituna neta y Córdoba repitió como la segunda provincia española más productora.

El delegado de Agricultura, Francisco Zurera, destacó que «el sector de la aceituna negra es fundamental para el mantenimiento de las rentas de los agricultores cordobeses» y añadió «que son profesionales con larga trayectoria a sus espaldas, que han invertido en este sector y se están viendo perjudicados por la política proteccionista de EEUU».