La jefa de Hematología del hospital Reina Sofía, Concha Herrera, explica que «el procedimiento de trasplante de médula ósea ha avanzado mucho en los últimos años, gracias a la inmunología y a la relación más precisa entre donante y receptor. Ha crecido de forma enorme la posibilidad de encontrar un donante, hasta el punto de que prácticamente cualquier paciente que lo necesite puede disponer del mismo. Además de los trasplantes gracias a hermanos HLA idénticos, ha ido aumentando la opción de donantes no emparentados del registro mundial, los trasplantes de células del cordón umbilical o los donantes familiares no idénticos (haploidénticos) que se encuentran ya plenamente implantados en la práctica clínica habitual».

Desde 1981, año en el que el Reina Sofía efectuó el primer trasplante de médula ósea (primer injerto de este tipo a nivel andaluz), a la actualidad, el hospital cordobés ha llevado a cabo un total de 1.671 trasplantes de médula, de los que 704 fueron autólogos (a partir del propio paciente) y 967 trasplantes alogénicos (a partir de la donación de hermanos, padres, hijos u otros familiares; personas no emparentadas o de cordón umbilical).

«Los avances en este terreno han sido muy significativos. Hemos reducido las complicaciones del procedimiento del trasplante de médula y con ellas la mortalidad peri-trasplante, lo cual ha permitido usar estos injertos como tratamiento de más enfermedades, hematológicas y no hematológicas, y también beneficiar a un mayor número de pacientes, al haber aumentado la edad en la que se puede realizar el procedimiento, antes exclusivo de afectados jóvenes», recalca Concha Herrera.