La política vuelve a enredar a Ucrania en Eurovisión. La radiotelevisión ucraniana ha decidido no participar en el veterano festival de la canción, que se celebrará en mayo en Tel-Aviv (Israel), después de que tres cantantes y grupos musicales renunciaran a representar al país y denunciaran tentativas de instrumentalización política. El escándalo estalló cuando se supo que la vencedora en el proceso de selección, la cantante de 27 años Anna Korsun, Maruv de nombre artístico, no quiso firmar el contrato en el que, según ella, se le imponían condiciones «politizadas». Entre las claúsulas, se le exigía que se convirtiera en «embajadora cultural de Ucrania» y en la «portavoz de la opinión pública ucraniana en el mundo», además de renunciar a una serie de conciertos previstos en Rusia. Moruv aceptó cancelar su gira, pero las restantes exigencias le parecieron demasiado.