Eurovisión sigue levantando polémica. Las tensiones políticas entre Ucrania y Rusia se están convirtiendo en todo un clásico en este certamen. Después de la victoria de la ucraniana Jamala hace dos años con una canción que aludía a la tragedia de los tártaros de Crimea y el veto de Ucrania a la representante rusa del 2018, este año ya hay un nuevo capítulo para la polémica entre ambos países, y eso que todavía quedan varios meses para que se celebre el certamen musical en Israel (país, además, al que algunos han querido vetar por la situación con Palestina).

Maruv, la cantante elegida este sábado por los ucranianos para participar en el festival, ha visto cómo su participación ha quedado en el aire debido a los conciertos que ofrece en Rusia.

La audiencia colocó a la artista en el primer puesto con su canción Siren Song y el jurado en el segundo, lo que le dio la mayor puntuación y, en teoría, un billete directo a Israel.

No obstante, la Radiotelevisión Pública Nacional de Ucrania (NOTU) decidió darse 48 horas de plazo para ver si acepta o no a Maruv como representante del país en Eurovisión, debido a los conciertos que ofrece en Rusia, algunos de ellos previstos para los próximos meses.

Según la agencia ucraniana Unian, la cantante, cuyo nombre real es Anna Korsun, tiene planeados conciertos en Moscú el 6 de abril y en San Petersburgo el día 12 de ese mes.

La decisión de la NOTU ha desatado un aluvión de reacciones y muchas críticas en la prensa rusa y ucraniana, así como en las redes sociales, donde sus seguidores escriben mensajes de apoyo a la cantante con la etiqueta #Maruv4Eurovision.

Durante el concurso, Maruv tuvo que hacer frente a preguntas del presentador y los miembros del jurado acerca de sus vínculos con Rusia, que el Gobierno ucraniano califica de «Estado agresor» por sus acciones militares en el este del país y la anexión de Crimea.

FASE FINAL DEL CONCURSO / El moderador le preguntó en la fase final del concurso acerca de su gira en Rusia, mientras que la ganadora de Eurovisión 2016, Jamala, miembro del jurado, le pidió su opinión acerca de la península ucraniana de Crimea, que Rusia considera suya. Alexsandra Koltsova, miembro del consejo de la NOTU, admitió que existe un debate en la sociedad ucraniana, con diferentes opiniones, acerca de la conveniencia o no de que un artista que da conciertos en Rusia puede representar a Ucrania en Eurovisión.

Preguntada sobre si existe un requisito específico que obliga a Maruv a renunciar a sus conciertos en Rusia, insinuó que hay una «cláusula en el contrato» que así lo estipula, según Unian.

La directora de relaciones públicas de la entidad, Viktoriia Sydorenko tuvo que salir al paso en su página de la red social Facebook y explicó que en el contrato entregado a Maruv esa cláusula exige no viajar a la Federación de Rusia.

«Este contrato fue recibido por la cantante. Ella tiene un día para familiarizarse con todas las condiciones del mismo y transmitirnos su decisión. Estamos esperando», escribió Sydorenko en respuesta a varias preguntas de seguidores de Maruv.

Eso sí, admitió que no hay ninguna ley en Ucrania que prohíba específicamente a un participante que realiza una gira por Rusia representar a Ucrania en un concurso musical.