"Tengo la sensación de que la noche en la que miras a tu público y no te ves a ti mismo, y la noche en la que el público te mira y no se ve reflejado en ti, es que todo ha terminado". Esta es una e la muchas reflexiones en voz alta que Bruce Springsteen compartió con su público en su ya histórica gira de conciertos 'desenchufados' que el genial músico ha ofrecido todo este año en Nueva York. Y para los millones de fans que no han podido verlo en directo, Netflix estrena este domingo, 16 de diciembre, 'Springsteen on Broadway', documental imprescindible sobre la imagen más directa y sincera de uno de los iconos de la música.

Este documental va acompañado de un disco con una selección de los conciertos acústicos en el Teatro Walter Kerr de Nueva York, en los que 'The Boss' se sinceró con sus incondicionales. Este álbum, también titulado 'Springsteen on Broadway', salió a la venta el viernes, 14 de diciembre.

Con una guitarra, un piano, una armónica y su voz, Springsteen logró emocionar a una audiencia que se sumerge por completo en la narrativa del cantante de Nueva Jersey, basada en su diario 'Born to Run' (2016).

Como si fuera un cuento, Bruce introduce cada canción relatando los momentos en los que se inspiran algunas de sus letras. Este repaso por la vida de 'The Boss' a través de sus canciones configura una autobiografía única que empieza con 'Growin' up' (1973) y 'My hometown' (1984), con las que el roquero habla de sus inicios y de su amor-odio hacia su pequeño barrio de Nueva Jersey, Long Branch.

"He nacido para correr ('Born to run'). Actualmente vivo a 10 minutos de mi ciudad natal", dice el artista entre risas.

A continuación, Bruce dedica unas palabras a su familia: a su padre, su "héroe" y su "mayor enemigo" con 'My father's house' (1982); y a su madre con 'The wish' (1987), una mujer "siempre amable y optimista" que le hizo comprender por primera vez "lo bien que sienta estar orgulloso de alguien a quien amas".

Con 'Thunder road' (1975), el líder de la E Street Band se detiene en la juventud que se escapa, en "la belleza de esa página en blanco" y en el hecho de "tener toda la vida por delante: promesas, posibilidades, misterios, aventuras...".

Al ritmo de la armónica y la guitarra, Bruce canta: "Conduciremos buscando la tierra prometida. Sube Mary, es una ciudad llena de perdedores y yo me largo de aquí para triunfar", una letra que sirve de antesala para 'The promise land' (1978).

Tras una reflexión sobre el conflicto de Vietnam y las personas y amigos que dieron su vida allí, el solo de guitarra de 'The Boss' da paso a la versión blues de 'Born in the USA' (1984), una canción protesta contra el abandono de los veteranos de guerra por parte de EEUU que se convirtió en un himno y que es uno de sus títulos más emblemáticos.

El viaje por las memorias de Springsteen continúa con 'Tenth avenue freeze-out' (1975), como homenaje a la E Street Band, y con 'Tougher than the rest' (1987) y 'Brilliant disguise' (1987), a las que se une "la reina del corazón" de Bruce, una de las voces "más encantadoras" que jamás ha oído, Patti Scialfa.

El momento más sincero e íntimo llega con 'Long time coming' (2005). Los ojos del roquero se vuelven cada vez más vidriosos al hablar de nuevo de su padre, quien "después de haber sido un fantasma durante mucho tiempo", visitó al cantante antes de que se convirtiera también en padre: "No cometas los mismos errores que yo cometí", le dijo.

La política migratoria estadounidense sale a relucir con 'The ghost of Tom Joad' (1995) y 'The rising' (2002) en forma de crítica hacia todos aquellos "que quieren destruir la idea de América para todos", lamenta el creador.

Springsteen, durante uno de sus conciertos en Broadway / (NETFLIX)

A punto de llegar al final, y con los sentimientos a flor de piel, 'You can't start a fire without a spark' ('No puedes encender un fuego sin una chispa') de 'Dancing in the dark' (1984) resuena en el teatro como un himno para todos los fans de Springsteen.

Entre aplausos y ovaciones, el cantante se despide con 'Land of hope and dreams' (1999) y su éxito 'Born to run' (1975), considerada como una de las 500 mejores canciones de todos los tiempos por la revista 'Rolling Stone'.

Una vez más, Bruce Springsteen hace historia sobre el escenario con un relato que demuestra que el de Nueva Jersey tiene mucho en su interior para compartir con un público que acaba el documental con la sensación de conocerlo de verdad.