Me voy a guardar mucho de expresar mis preferencias sobre los nuevos concursantes de Operación triunfo 2020 (TVE-1). Después de lo que le hicieron en la edición anterior (OT 2018) a la extraordinaria Natalia Lacunza, que fue, de largo, la ganadora, y la hicieron quedar tercera, después de ese atentado, voy a expresar solamente, y con absoluta sordina, que a nuestro canario flauta Papitu le han gustado Flavio, Gèrard, y también Eva, porque cantó aquel éxito de Chubby Checker, Lets twist again, y le recordó los años 60, cuando Papitu bailaba el twist como nadie. Que la concursante alicantina Samantha eligiese el tema de Lluís Llach Que tinguem sort, no parece que haya sido un guiño a la causa nostrada. Si hubiera sido así, habría elegido LEstaca.

El programa, conducido por Roberto Leal, que ahora mismo es el presentador estrella de TVE-1, ha tenido el arranque menos visto de la historia de este concurso. Bueno, démosles un poco de tiempo. Al fin y al cabo se trata de uno de los ejercicios televisivos con menos carga de maldad de todo el telehipódromo estatal. Creo que lo más resaltable de este arranque ha sido el regreso de Nina. Ah! En el primer OT, año 2001, hacía de directora de la Academia. Ahora ejerce de jurado. Ha elegido una curiosa indumentaria: iba como Alain Delon en Borsalino, aquella peli de los gangsters de Marsella de los años 30. He echado de menos la metralleta y el sombrero, eso sí. Celebro que Tinet Rubira (Gestmusic), el gran arquitecto de este programa, haya repescado a Nina tras 20 años. Para el gran público, Nina nació en la tele, en aquel Un, dos, tres... de Chicho, al que accedió gracias a Xavier Cugat, como nos recordó hace unos meses Gemma Nierga en Els meus pares (TV-3). Veremos si Nina eligió esa vestimenta gangsteril porque desea hacer de jurado tipo Risto, o sea, lanzar de vez en cuando alguna perdigonada.

PUJOL Y EL 0,7% . Visto el 30 minuts (TV-3) donde aparece Jordi Pujol hablando no del 3%, sino del 0,7% de ayuda a los países pobres, ayuda que nunca dieron ni el Gobierno de España ni el de la Generalitat, dijo el exhonorable en un momento dado: Pedir no cuesta nada, lo que cuesta es hacer cuadrar las cuentas. Ah! Son tantas las peladillas que se pueden añadir a este comentario del patriarca de la Family del 3%, que es mejor que ustedes procedan, a su aire.