A Mario Casas lo hemos visto interpretando papeles de todo tipo, pero nunca en la piel de un personaje tan oscuro y retorcido como el que encarna en 'El practicante', el nuevo original de Netflix dirigido por Carles Torras que se estrena este miércoles 16 de septiembre en el que da vida a un psicópata en silla de ruedas que se dedica a diseminar su maldad sobre todos aquellos que le rodean.

Fue para el actor todo un reto ponerse en la piel de un ser perturbador sobre el que descansa el punto de vista de la película, lo que resulta para el espectador una experiencia de lo más incómoda. Pero asumió el desafío y se tiró a la piscina, quizá porque se encuentra en un momento en el que está dispuesto tomar riesgos dentro de su carrera.

“Era un tipo de personaje que no había hecho hasta ahora, significaba bucear en una mente perturbada”, cuenta Mario Casas a este diario. “Pero es que yo soy muy fan del 'thriller' y del terror, me fascina desde niño, es lo que más me gusta, y como espectador, me parece que son géneros capaces de reinventarse y aportar cosas nuevas y muy valientes”.

Hace unos meses también estrenó en Netflix otro 'thriller' de suspense de fondo avieso como era ‘Hogar’, junto a Javier Gutiérrez, y tiene pendiente de estreno ‘No matarás’, de David Victori, que se perfila como otro viaje a los infiernos. ¿Mario Casas nuevo ídolo del 'thriller' español más radical?

“Cuando empecé a trabajar el personaje hubo algo que me produjo escalofríos. Estuve preparándolo junto a un psiquiatra y lo primero que le pregunté es: '¿Qué significa ser un psicópata?'. Y me dijo que eran la maldad personificada y que un 1% de la población lo era, aunque no todos llegaban a desarrollar comportamientos violentos, pero sí que podían ejercer una manipulación perversa. Y los puedes tener a tu alrededor, no lo sabes, en tu familia, en tu trabajo o como pareja. Eso asusta mucho”.

LA MIRADA DE UN MOUNSTRUO

En ‘El practicante’, Mario Casas interpreta a Ángel, un enfermero que trabaja en una ambulancia y que tiene una novia francesa (Deborah François). Parece un tío raro, tiene una conducta controladora y un poco nociva, pero esos rasgos se acentuarán cuando, después de un accidente, quede paralítico. Ahí empezará la pesadilla no solo para él, sino para sus seres más cercanos. “La película toca temas delicados y muy oscuros. Desde las relaciones tóxicas a la manipulación pasivo-agresiva, pero siempre hay que tener en cuenta que está contada desde la mirada de un monstruo”.

No es la primera vez que Carlos Torras se adentra en territorios así de nocivos. En el 2016 ganó el Festival de Málaga por ‘Callback’, a la que podríamos considerar un claro antecedente de ‘El practicante’, pero en clave indie. Ambientes decadentes, miseria moral y una violencia latente siempre a punto de estallar. “Me interesan las películas que sitúan al espectador en un lugar poco confortable”, dice el director. “Por ejemplo, ‘Repulsión’, de Roman Polanski, que te introducen en la cotidianidad de una persona perturbada a la que no sueles tener acceso porque se suelen esconder para no mostrar su enfermedad mental”.

El director quería hablar de los psicópatas narcisistas, personas que se caracterizan porque son como vampiros que chupan la energía a la gente, que son muy egocéntricos y que se nutren del sufrimiento de la gente que les rodea. ¿Qué es capaz de hacer el personaje de Mario Casas en ‘El practicante’? “Eso es lo que de verdad engancha de la película. ¿Qué le pasa?, ¿cuál va a ser su próximo movimiento?, ¿hasta dónde es capaz de llegar?".