Hace unos días, Netflix estrenó la segunda temporada de Las escalofriantes aventuras de Sabrina, la serie que daba un aire tétrico a la sitcom sobre la adolescente mitad bruja, mitad humana que amenizó las sobremesas españolas en los años 90. La ficción recuperaba al personaje surgido de Archie Comics en 1962, un universo de papel que dos años antes también había encontrado un hueco televisivo con el estreno de Riverdale, la serie juvenil basada en los cómics de Archie, el joven pelirrojo adicto a los misterios.

Detrás de ambas producciones centradas en personajes tan arraigados en la cultura popular estadounidense está un americano que nació en Washington, pero que tiene raíces muy latinas: Roberto Aguirre-Sacasa. Hijo del exembajador de Nicaragua en EEUU, este licenciado en la Universidad de Georgetown y en la Escuela de Drama de Yale de 46 años, que ha llegado a ser el director creativo de Archie Comics, se ha convertido en un referente de las ficciones juveniles de la pequeña pantalla estadounidense, a las que siempre pone un toque de lo más tenebroso.

Su pasión por el terror le viene de niño, cuando se enamoró de películas como El exorcista, La semilla del diablo, La profecía y Suspiria. «Me crié católico y siempre me daba pánico la figura del diablo», ha comentado en alguna ocasión intentando buscar una explicación a su interés por el género. Otro de sus grandes hobbies de la infancia eran los cómics, que su madre le compraba cuando iba al supermercado, una afición que le llevó a probar fortuna, aunque por un breve periodo, como periodista, a imagen y semejanza de Clark Kent.

UN ARCHIE GAY / Antes de triunfar en televisión, Aguirre-Sacasa ya era conocido como autor teatral y por sus colaboraciones con Marvel, que le fichó cuando se graduó en Yale. Con la factoría de superhéroes firmó versiones de Los cuatro fantásticos, Spiderman y Nightcrawler, y adaptó para los cómics la novela de Stephen King The stand, un autor al que también llevaría a la gran pantalla escribiendo el remake de Carrie.

En Archie Comics, modernizó los tebeos de Sabrina y Archie, un personaje que, cuando estaba en la veintena, casi le cuesta un disgusto: la editorial de la que ha llegado a ser director creativo amenazó con demandarle por una obra de teatro en la que sacaba del armario al pelirrojo.

Hace una década, empezó a decantarse por la televisión, ejerciendo de guionista de series como Big love, Glee, Looking y Supergirl. Después llegó Riverdale, a la que ha sabido dotar de multiculturalidad, con personajes como Josie y las Pussycats, la banda de chicas negras, y la familia Lodge, con actores de orígenes latinos. Incluso una de las protagonistas, Veronica (interpretada por la actriz de ascendencia brasileña Camila Mendes), canta en uno de los capítulos el Eres tú de Mocedades, todo un guiño a la cultura hispana de alguien que se crió entre Washington y Managua.

«Si vamos a hacer un show en el mundo real, tiene que reflejar el mundo real. Y el mundo real no es cien por cien blanco». «Yo soy centroamericano y para mí es superimportante tener diversidad en el programa porque, aunque haya gente que no lo quiera, el mundo es así», afirmó el creador cuando se estrenó la serie.

En sus producciones televisivas tampoco faltan personajes homosexuales (como Kevin, uno de los chicos de la pandilla de Archie en Riverdale) o incluso más ambiguos, como el Ambrose Spellman de Las escalofriantes aventuras de Sabrina, el primo negro y bisexual de la bruja protagonista. Con Riverdale y Sabrina afianzadas, ahora apuesta por llevar a la pequeña pantalla otro personaje de Archie Comics, Katy Keene, en una nueva serie juvenil que contará como protagonista con Ashleigh Murray. La actriz repetirá en su papel de la cantante Josie McCoy de Riverdale, pero aquí enfocada a triunfar en el mundo de la música en Nueva York junto a un grupo de chicas.

Veremos si Aguirre-Sacasa le pone a su nueva creación televisiva los toques siniestros que tanto le gustan. Le será difícil contenerse teniendo en cuenta que el productor llegó a comprarse la casa de Margaret Hamilton en Hollywood, la actriz que fuera la bruja mala del Oeste en el clásico El mago de Oz de 1939.