Los tiempos cambian, pero la amistad de Las chicas del cable sigue siendo indestructible. Y a prueba de bombas, como quedó constancia en el explosivo final de la tercera temporada de la que fue la primera serie española de Netflix, que hoy regresa con nuevos episodios y adentrándose en el primer año de la Segunda República.

Ambientada en septiembre de 1931, la cuarta temporada comienza con las chicas explorando nuevos territorios profesionales, sobre todo Carlota (Ana Fernández), ahora que el exilio forzado del Rey y la instauración de un nuevo sistema político en España auguran la ansiada igualdad de género.

Animada por Óscar (Ana Polvorosa), la antigua Sara, la joven se presenta como candidata a la alcaldía de Madrid. Sus ideas liberales le granjean muchos apoyos, pero su rival está dispuesto a utilizar la relación lésbica de Carlota a favor de sus intereses.

Entre los fichajes, destacan Carles Francino y Adolfo Fernández, aunque esta cuarta etapa será recordada, sobre todo, por el adiós de una de las protagonistas, Maggie Civantos, que no aparecerá en la quinta temporada, que ya se ha rodado.