A punto de dejar lista para su estreno su última película, Hogar, un thriller para la plataforma Netflix rodado en Barcelona y protagonizado por Mario Casas, Javier Gutiérrez, Bruna Cusí y Ruth Díaz, los hermanos David (Barcelona, 1978) y Álex Pastor (Barcelona, 1981) ya están enfrascados en nuevos proyectos televisivos, coproducciones internacionales de las que aún no pueden dar detalles, pero de las que sí señalan que son muy interesantes. Pensar en todo lo conseguido tras sus brillantes logros como cortometrajistas da vértigo.

-¿Que cuentan de ‘Hogar’?

-Es un proyecto con el que llevamos años soñando, un thriller provocativo que explora algunos de nuestros temas favoritos: el deseo, la ambición y la locura que se oculta bajo la plácida superficie de la vida cotidiana.

-No han acabado una producción y ya están pensando en otra. Eso debe ser muy agobiante…

-Es un poco estresante, sí, pero son los malabarismos que ya van un poco con los gajes de la profesión, y también hay que tener en cuenta si diriges, o no, la producción. Ahora estamos solucionando algunos temas de Hogar, que un thriller dramático muy realista. Estamos en la postproducción, la mezcla de sonido, los efectos especiales… La peli la entregaremos en breve a Netflix, y luego ellos decidirán cuándo se estrena, pero eso es algo de lo que ya no tenemos ni idea.

-Han conseguido un gran prestigio gracias a sus películas ‘Infectados’ y ‘Los últimos días’, o los guiones de series como ‘Eternal’ e ‘Incorporated’. Todas estas producciones tienen en común que son de carácter fantástico o de terror. ¿No han pensado aventurarse en la comedia?

-¡Uff! La comedia es muy difícil, y nos da mucho miedo. Lo cierto es que nos encantan las comedias como espectadores, y admiramos mucho a quienes las hacen, pero…, no sé si lo conseguiríamos…

-Bueno, algunas de las cosas que hemos hecho han tenido un toque de humor. En Hogar hay algunos toques de humor negro, pero una comedia…, no sé, le tenemos demasiado respeto como para tomárnoslo a la ligera. Es un arte, una ciencia, y nos da mucho miedo.

-Han trabajado en cine y en televisión. ¿Hay diferencia de un medio a otro?

-Cada proyecto es un mundo, pero una película para salas de cine es muy diferente a las series que escribimos para la cadena SyFy. Pero existen tantos modelos como proyectos.

-Sí, pero si en vez de series son película, no hay diferencias. La de Netflix la hemos afrontado como cualquier película. Porque el proceso, hoy en día, ya es el mismo.

-¿Y cuáles son las diferencias que aún existen para hacer una serie?

-En las series debes tener muy en cuenta cómo acabas cada episodio, para que haya una sorpresa, un enigma, algo que enganche al espectador para que quiera ver el siguiente episodio. Aunque, por ejemplo, se da el caso de que en Francia hay series que se emiten de dos en dos episodios, por lo que lo importante en el montaje para la versión francesa es cómo acabas los episodios pares, y no los impares… ¡Ah!, y en Estados Unidos también se debe tener muy en cuenta los cortes publicitarios en las series de cadenas comerciales. Un lío.

-¿Y qué opinan de esta guerra que se han declarado algunos cineastas de prestigio, que se niegan a aceptar que una película vaya directamente a las plataformas sin estrenarse antes en las salas?

-La intención de proteger las salas de cine y ver películas en pantalla grande lo entiendo y lo respeto, pero por motivos ajenos al streaming. La asistencia a las salas ya estaba en claro declive desde hace años. Y sobre todo dejar de ir a ver ciertas películas… Es el caso de Netflix, que se está convirtiendo en el rey de la comedia romántica, y hacía mucho tiempo que ya no se estrenaban buenas comedias románticas en las salas de cine. Así, estas plataformas están dando vida a una serie de géneros en declive, y lo hacen con unos presupuestos que, lamentablemente, los circuitos tradicionales ya no asumen.

-No creo que nos favorezca, a nosotros como industria, que haya estas batallas internas. Al final, para mí, una película es una película. A excepción de estas supreproducciones que son blockbusters, los espectadores verán el 90% de las películas en pantallas que no son salas de cine; y eso es independiente de Netflix, de Amazon… La mayoría de la gente no pasa por taquilla. Salvo producciones como Los Vengadores, la mayoría del público consume en casa.

-¿Consideran que las producciones para la televisión ofrecen una calidad similar a la del cine para salas?

-Hay series que se podrían ver en pantallas de cine, como por ejemplo las últimas temporadas de Juego de tronos…, y me extraña que no lo hayan hecho, porque estoy seguro de que habría gente que habría pagado por verlas así. Cine y televisión cada vez son menos diferentes… Las películas de Marvel, con su narrativa serializada, ya tienen estructuras televisivas… Todo se está mezclando.