La última vez que se le pudo ver en una serie española fue hace seis años, en Luna, el misterio de Calenda. Ahora lo podremos disfrutar como protagonista absoluto de Félix, la serie dirigida por Cesc Gay que estrena el viernes Movistar+ dentro de su política de apostar por los jóvenes creadores españoles.

-¿Cómo recibió la oferta de protagonizar esta serie?

-Estoy muy ilusionado y agradecido porque son experiencias que no te tocan muchas veces en la vida. La implicación de Movistar ha sido muy grande, tanto desde el punto de vista económico como emocional. Y eso se nota en la tranquilidad con que hemos podido trabajar.

-Usted no se ha prodigado mucho en televisión, al menos en España…

-Sí, es verdad. La última ficción que he hecho ha sido El hipnotizador para HBO. Se trata de proyectos que te dan la oportunidad de trabajar solo en ocho o diez capítulos. Son series similares a las películas, donde tienes tres o cuatro meses para hacerlas.

-¿Qué es lo que más le convenció para decidirse a ser el protagonista de ‘Félix’?

-Fundamentalmente, Cesc Gay.Antes de trabajar con él era de los directores españoles que más admiraba. Su cine siempre me entusiasmó y me hizo sentirme reflejado en él. Cuando me llamó para hacer la película Una pistola en cada mano no lo dudé. Y cuando, de repente, surge la posibilidad de hacer una serie escrita y dirigida por él, me pregunté dónde estaba la trampa. Tenía que haber algo malo detrás pero, al final, no lo hubo. Solo la propia dificultad del trabajo y del nivel de esfuerzo que exigió. Fueron en total 90 jornadas de rodaje en las que yo estuve prácticamente solo, acompañado por el equipo técnico y por Cesc Gay. Una o dos veces por semana venían otros actores a rodar, pero el trabajo diario lo asumía yo.

-¿Cómo ve a su personaje desde fuera?

-Es un antihéroe total, como si fuera Félix contra el mundo. Nadie cree en él ni en lo que le está pasando. Es como si fuera un Quijote pero torpe, ingenuo y, al mismo tiempo, transparente y lleno de defectos. Va detrás de una intuición y todo el mundo cree que está loco. A lo largo de la serie, el mundo le va dando la razón. Es como un personaje que está en extinción, un tipo de ser humano que se ve cada vez menos, al menos en la ficción. Eso es parte de la originalidad de la serie.

-¿Qué se va a encontrar el espectador que se siente a ver la serie ‘Félix’?

-El marco es un escritor que ha ido a Andorra porque tiene un hijo, nacido de forma casual de una relación con una andorrana, y quiere estar cerca de él. Pero su hijo no sabe que es su hijo, y Félix, al mismo tiempo, se enamora de una mujer china que de repente desaparece. En lugar de pensar que esta mujer le abandonó o le mintió, él está seguro de que algo extraño le pasó. Después de unos días de indagaciones, empieza a averiguar que algo anómalo sucedió. Pero todo el mundo cree lo contrario. Él se concentra en su búsqueda y va descubriendo cosas que tienen que ver con la trama del blanqueo de dinero en Andorra y con la mafia china. También comienza a meterse con el mundo de la Policía y de los negocios.

-HBO, Netflix y Movistar se han lanzado a producir sus propias series. ¿Cree que esto puede contribuir a elevar el listón de calidad de la ficción televisiva?

-Claro que sí. Eso es lo que uno espera que ocurra. Lo ideal sería que no sucediera desde las empresas privadas solamente, sino también desde la iniciativa cultural de los gobiernos de cada país. Estoy muy agradecido a Movistar+ por su iniciativa de invertir 70 millones de euros anuales en diez directores y creadores de calidad para generar contenidos de calidad. Eso no quiere decir que se escindan del entretenimiento ni de la posibilidad de generar un negocio. Generemos un negocio pero con calidad. No son conceptos excluyentes. Es invertir un poco más de dinero para producir mejores guiones y mejores condiciones de producción y promoción. ¿Por qué son mejores las películas y series americanas e inglesas? Porque tienen más dinero y más tiempo.