A sus 37 años, la actriz valenciana Inma Cuesta ya tiene una importante trayectoria profesional, que comenzó a brillar en el 2006 con la serie Amar en tiempos revueltos. También en la pequeña pantalla logró un gran éxito con su trabajo en Águila Roja. Y hoy, martes, vuelve al medio televisivo protagonizando El accidente (Tele 5, 22.00), un drama con toques de suspense.

-¿Le costó mucho dar el ‘sí’ a este proyecto?

-A estas alturas, si no me entusiasma un proyecto no me meto, aunque luego te puedes equivocar. Tuve muchas reuniones con la productora para asegurarme de lo que íbamos a hacer y del reparto que iba a haber. Nunca tomo las decisiones precipitadamente. Lo que me gustó fue que el motor de la historia era mi personaje de Lucía.

-¿Puso alguna condición?

-Insistí mucho en tener la libertad suficiente para participar intensamente en el proceso creativo, incluido el guión. Yo sabía cuál era el arco de mi personaje porque la serie empezaba y terminaba. Y ya cuando me dijeron que mi partenaire era Quim (Gutiérrez) la decisión estaba tomada. No he visto la serie al completo, pero sé muy bien por dónde he caminado y trabajado. En ese sentido, estoy muy satisfecha con mi labor.

-Eso de conocer el arco completo de su personaje es muy importante, ¿no?

-Tienes la ventaja de que a la hora de crearlo ya sabes hacia dónde va, aunque no puedas anticiparte. En Águila Roja no sabía hacia dónde iba y la complejidad consistía en asumir las sorpresas. Aquí no sucede lo mismo. A la hora de crear las relaciones entre los personajes tienes otra facilidad.

-¿No ha influido en su decisión que la serie esté producida por Globomedia, como ‘Águila Roja’? -No. No creo que tenga nada que ver. El equipo y los directores son distintos. Es una serie diferente y ahora no se rueda como antes. En Águila Roja se rodaba con multicámara y aquí con cámara al hombro, como en el cine. El ritmo ha sido absolutamente trepidante, salvaje y bestia. Eso no lo había vivido en televisión.

-Su compañero Quim se ha quejado de ese ritmo frenético...

-Pues yo lo confirmo. Pero no nos podemos quejar porque se rueda como se rueda, y en cine también suele pasar. Si la gente supiera al ritmo que grabamos se sorprendería.

-¿Qué ha aportado usted en todo ese proceso creativo?

-Muchas cosas. Por ejemplo, que mi personaje pudiera tener el acento que tiene Inma Cuesta y que nunca había podido incluir en mis películas y series. En la ficción televisiva intentan hacer como algo neutro. Yo les dije que si queríamos hacer algo cercano y natural me parecía interesante introducir en ese entorno rural mi acento. También les propuse no ir maquillada y aparecer lo más natural posible. Y en el guión, que siempre ha estado vivo, he hecho mis propuestas.

-¿Lo de hacer una serie tan naturalista como esta es gratificante para los actores?

-Sí, en este proyecto era necesario entrar en ese código. Y utilizar todo lo que puedas para ello siempre es mejor.

-¿Por qué fue importante que estuviera Quim como oponente masculino?

-Porque, como casi no hay tiempo para el error, si sabes que tienes a alguien que lo miras y ya te entiendes con él... Además, si la relación de pareja está ya prácticamente hecha, pues ya tienes el 50% del trabajo hecho.

-¿Usted reaccionaría como su personaje si se encontrara en una situación parecida a ella?

-No lo sé. Ella se convierte de repente en una leona que defiende con uñas y dientes a su familia y su trozo de tierra. Me imagino que yo también actuaría así, pero a lo mejor no.

-¿Cree que en la ficción española puede cundir este ejemplo de dar el papel de protagonista a una mujer?

-Yo, en eso, soy muy afortunada. He hecho personajes muy importantes y poderosos a lo largo de mi carrera, tanto en cine como en la tele. No estoy muy al corriente del panorama actual sobre ese tema, pero creo que ha habido series protagonizadas por mujeres, como Isabel. Y las seguirá habiendo, por supuesto. Somos mayoría.

-¿Qué series españolas le han gustado más últimamente?

-No he podido ver prácticamente nada porque me paso el día trabajando.

-Usted que hace bastante cine, ¿tiene algún prejuicio en contra de la televisión?

-No. Creo que ese prejuicio ya no existe hace muchísimos años. Es ridículo tenerlo. La ficción que se está haciendo es de primerísima calidad.