El 31 de enero, el Equipo de investigación de Gloria Serra cumplirá siete años en Atresmedia. Para celebrarlo emite esta noche El fugitivo (La Sexta, 22.30), reportaje sobre Antonio Anglés, el asesino de las niñas de Alcáser.

-¿Qué nos espera en el octavo año de ‘Equipo de investigación’?

-Seguir haciendo lo mismo que hacemos. Llevamos 270 reportajes y es un programa que no siempre gusta: alguien debe de llamar a alguien por ahí en algunos momentos. Es un lujo que siga en antena. Hacemos una cosa única en el mundo: es un solo tema de 60 minutos de septiembre a junio. Esto no lo hace nadie porque es una machada. Casi todos hacen tres meses. La gran novedad serán nuestros especiales, como los que hemos hecho del Yunque y Paesa.

-¿Cuál ha sido el reportaje más elaborado en estos siete años?

-El de Marina d’Or, que llevaba dos años haciéndose. Cuando no salen las cosas con el estándar que queremos, esperamos. Pero cuando podemos abordar cosas más ambiciosas como este programa especial sobre Antonio Anglés, tenemos más tiempo, más presupuesto y un timing distinto. Y el resultado es impactante. Es, con mucho, el mejor reportaje que hemos hecho. Lo mismo pasó con el del Yunque, en el que conseguimos destapar cosas que no se sabían.

-¿Cómo recuerda el asesinato de las niñas de Alcàsser en 1992?

-Yo trabajaba en TVE, en tránsito para entrar a trabajar en la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona. No lo pude tratar como periodista, pero como ciudadana recuerdo el enorme impacto que causó. En los años siguientes, lo que más me impactó fueron todas las teorías de la conspiración. Como periodista, desarrollas un instinto que te lleva a pensar que hay algo escondido. Me quedó claro el dolor de un padre y que hubo mucho oportunismo por parte de compañeros que no hicieron bien su trabajo. Era una asignatura pendiente para nuestro programa, un tema muy pedido en las redes sociales.

-¿Cuándo surge la idea de investigar la fuga de Antonio Anglés? -Hace cinco o seis años. Tuvimos dudas de cómo enfocarlo, pero al final decidimos tratarlo como cualquier otra historia: con los hechos. Y de lo que se ha insinuado y acusado, tratar de precisar las pruebas que se habían aportado sin descartar ninguna teoría. Vimos que la vía tenía que ser la única y real incógnita que hay en este caso: ¿dónde está y cómo consiguió escapar Anglés?

-¿Cree que se dará un nuevo impulso al caso después de este programa?

-Nosotros aportamos novedades, como la revelación del capitán del barco en el que viajaba Anglés de que uno de sus tripulantes le ayudó a escapar. En su momento, mucha gente no contó estas cosas por miedo. La mayoría eran delincuentes y toxicómanos que le tenían mucho miedo a Anglés, pero también a la Policía. El paso de los años ha hecho que sus delitos hayan prescrito y ya no sienten tanto temor a contar lo que ocurrió. Todos los que participaron en la investigación sienten una frustración y un dolor tan grandes que les ves romperse delante de la cámara.

-¿Quién actuó peor: el mundo policial o el periodístico?

-El periodístico. Lo de los guardias civiles rurales se explica porque te cuentan que tenían experiencia solo en buscar furtivos. No sabían cómo abordar el tratamiento de estos cadáveres. Y tuvieron que afrontar la búsqueda de un personaje que parecía un delincuente de poca monta y que resultó tener la mente muy bien amueblada. Engañó a todo el mundo.

-¿Y los periodistas?

-Una parte de ellos hicieron muy mal su trabajo, como ocurre en otros casos mediáticos de este perfil. Nosotros hicimos un reportaje sobre Diana Quer con el mismo rigor de siempre. Existe esa tentación porque hay mucha gente que quiere seguir creyendo que hay algo más y que no es tan simple como que dos desalmados cometen una atrocidad. Esto ocurre desde el asesinato de Kennedy hasta nuestros días. El trabajo del periodista es alejarnos de nuestras tentaciones.