El policía y piragüista olímpico Saúl Craviotto se ha colgado otro oro: el de ganador de la segunda temporada de Masterchef Celebrity, tras superar en la final a Silvia Abril con un menú en el que aunó los sabores de sus dos patrias, Lérida, donde nació, y Asturias, donde vive hace 15 años.

-¿Cree que la disciplina que requiere el deporte le ha ayudado a ganar el concurso?

-Yo creo que sí. A lo mejor mi pasado como deportista me ha ayudado a tener más serenidad y a ser más constante. El deporte ha forjado mi personalidad y quizá sí que lo he sabido transmitir a la cocina.

-¿Cómo se le ocurre presentarse a ‘Masterchef’ si ha dicho que no sabía ni freír un huevo?

-Mi representante me comentó que me había llegado la posibilidad de participar, pero había que hacer un casting. Cuando me lo dijo me lo tomé un poco a risa. Era una locura porque yo solo sabía cocinar platos de superviviencia, como comida a la plancha. Tuve que hacer un curso acelerado de dos meses.

-En un restaurante.

-Sí, en casa Casa Gerardo, en Avilés. Me preparé allí el casting y, cuando me dijeron que me cogían, salía de entrenar a las once de la mañana, iba al restaurante, y hasta que acababa el servicio a las cuatro o cinco de la tarde, estaba allí como un cocinero más. También aprendí viendo canales de cocina, comprando libros… ¡Como en una oposición!

-Usted tiene cuatro medallas olímpicas (dos oros, una plata y un bronce), y ahora la gente le para por la calle porque le reconoce por ‘Masterchef’. ¿Cómo le sienta?

-Bien. Es una experiencia nueva y llega a un público completamente diferente del que estoy acostumbrado. Gracias a Masterchef quizá mucha gente ha conocido mi faceta como deportista, que tengo cuatro medallas, han conocido el piragüismo… Así que una cosa ayuda a la otra.

-¿Se plantea hacer algún curso para ampliar conocimientos sobre gastronomía?

-Yo ya tengo mi profesión, porque aparte de piragüista soy policía. ¡Solo me falta dedicarme a la cocina! Pero ya veremos, nunca sabes lo que te va a deparar el futuro. Ahora estoy centrado en mi carrera deportiva y preparando los Juegos de Tokio.

-Se ha dicho que era el guaperas de esta edición de ‘Masterchef’, el concursante modélico… ¿Cómo ha llevado los halagos?

-Me los tomo a risa. Seguir el programa a través de Twitter es superdivertido, porque ves comentarios de todo tipo. La línea general eran comentarios muy buenos y divertidos y me los he tomado con humor.

-Pero tendrá algún defecto…

-¡Claro! ¡Un montón! Igual soy muy cuadriculado, me gusta tener las cosas bien preparadas, todo demasiado bien organizado. A lo mejor debería ser un poco más relajado. Pero cuando tengo un proyecto en la cabeza, tiene que salir perfecto.

-Cuando acabó la pasada edición uno de los concursantes, Fernando Tejero, dijo: «La mitad de lo que pasa en ‘Masterchef’ es mentira».

-Habría que ver el contexto en el que lo dijo. Yo no sé si se refería a cuando se peleaba con Loles León, que era mentira y que se llevaban bien. No creo que se refiriera al tema de cocinado, porque es imposible, Masterchef es un programa real. Sinceramente, yo pensaba que no iba a ser así, creía que nos iban a ayudar, que nos darían más recetas y más consejos, y ahí te dejan a la aventura y te tienes que buscarte la vida.