El empresario cordobés Rafael Gómez acaba de salir de la cárcel tras algo más de un año interno en la prisión de Alcolea tras hacerse efectivo el tercer grado que el juez le ha concedido al considerar que no hay riesgo de reincidencia ni de fuga. En sus primeras declaraciones ha elogiado a los funcionarios de prisiones, "los que trabajan aquí son extraordinarios", ha mostrado sus deseos por estar con su familia, "me voy con mis hijos y mis nietos" y, en su línea, ha dicho a los periodistas "os quiero, hermanos". Visiblemente contento y bastante más delgado, se ha bajado del coche para atender a los medios que lo estaban esperando y ha saludado a un funcionario de la plataforma Tu abandono me puede matar, ante el que ha insistido en lo bien que lo han tratado y en que la comida de la cárcel "es fantástica".

Un nutrido grupo de familiares, entre ellos sus nietos, y amigos se ha desplazado esta mañana hasta el centro penitenciario para recibir al fundador de la formación política Unión Cordobesa a la salida, donde han tenido que esperar algunos durante más de cuatro horas hasta que han podido verlo.

A la entrada, antes de recogerlo, hemos visto a su hijo Rafael, muy sonriente que se ha abrazado con otras personas dando los buenos días aunque no ha querido hacer declaraciones.

El empresario se encontraba en prisión para cumplir una condena de cinco años y tres meses por un delito contra la Hacienda Pública, condena de cinco años y tres meses por un delito contra la Hacienda Pública por impago de 28 millones de euros. Hace unos días el juez de vigilancia penitenciaria accedió a concederle el tercer grado, por considerar que no había riesgo de reincidencia, ni de fuga, estar atendiendo sus responsabilidades civiles y estar perfectamente cualificado para desarrollar su vida en la sociedad, además de presentar algunas enfermedades propias de su edad. Sin embargo, por su parte, el fiscal, que presentó un recurso oponiéndose a la salida de prisión de Gómez, consideraba que existía riesgo de reincidencia, haciendo alusión a su implicación en el caso Malaya, una causa cuyo juicio ya se celebró, está cerrado y que no tiene vinculación con esta causa, apuntan desde los círculos cercanos al empresario. Al respecto, el juez de vigilancia penitenciaria consideraba bastante improbable que reincidiera porque, al jubilarse, el encartado había abandonado toda actividad profesional y empresarial.

El fiscal criticaba también que era poca la aportación que había hecho para atender la responsabilidad civil impuesta en la condena, cuando desde la defensa del empresario se ha señalado, según se recoge en el auto de concesión del tercer grado, que Gómez está haciendo aportaciones constantes y que incluso su paga de pensionista está puesta a disposición de este asunto.

Rafael Gómez, acompañado de uno de sus hijos, entra esta tarde en el centro de inserción social de Las Quemadas. SÁNCHEZ MORENO

La presentación del recurso de la Fiscalía no ha paralizado la salida de Gómez de prisión y a partir de hoy empezará a disfrutar del tercer grado penitenciario, lo que le permitirá pasar el día en la calle y por la noche dormir en el centro de inserción social de Las Quemadas. Otra cosa sería si prosperara el recurso en alguno de los estamentos donde se analice y se llegara a revocar tal decisión.

El ministerio público ha presentado un recurso de reforma ante el juez de Vigilancia Penitenciaria y subsidiario de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que será, en caso de admitirlo, la última instancia que se ha de pronunciar sobre el futuro del fundador del grupo empresarial Arenal 2.000. La defensa, por su parte, también ha presentado alegaciones al recurso de la Fiscalía.