Un bebé prematuro extremo (había nacido a las 24 semanas de gestación y pesaba unos 600 gramos) que estaba ingresado en la unidad de neonatología del Hospital Doctor Josep Trueta de Girona falleció el pasado domingo afectado por la bacteria Klebsiella pneumoniae.

Es el mismo tipo de microorganismo que causó la muerte de dos bebés en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona en abril. Sin embargo, los casos no están vinculados entre sí, ya que la cepa de la bacteria del centro gerundense es diferente a la del centro barcelonés.

Según la Agencia de Salud Pública de Cataluña, en el Doctor Trueta ha habido en los últimos días un brote de klebsiella que ha afectado a nueve bebés: siete están colonizados por la bacteria pero «no enfermos»; un octavo tiene una infección aunque está «fuera de peligro» y el último caso es el de la muerte que tuvo lugar el domingo. No obstante, las autoridades sanitarias catalanas lanzaron ayer un mensaje de tranquilidad: «No está pasando nada infrecuente», aseguró el secretario de Salud, Joan Guix. Entre el 2015 y el 2018, Cataluña vivió ocho brotes de klebsiella que afectaron a 94 bebés y produjeron siete muertes.

LA FLORA INTESTINAL / La bacteria Klebsiella pneumoniae está presente en la flora intestinal de las personas, aunque se encuentra en cualquier lugar del medioambiente y en el intestino de muchos seres vivos. Entre los factores de riesgo para contraerla figura la prematuridad. «Hasta hace unos años, los prematuros de menos de un kilo de peso [los llamados prematuros graves], eran niños inviables. Ahora ha aumentado en un 70% la supervivencia de los estos bebés. Pese a todo, siguen teniendo un sistema inmunológico muy bajo, son extremadamente frágiles», explicó Guix.

Según el responsable de Salud, que hayan «coincidido» los casos de Vall d’Hebron y del Doctor Trueta no es nada «extraordinario», ya que hay «muchos tipos de klebsiella» y las de ambos hospitales responden a cepas «completamente diferentes». «No tienen ninguna relación entre sí», insistió Guix, quien destacó que los prematuros son un «terreno extremadamente frágil» para las bacterias. «Entre un 16% y un 17% de los prematuros graves se infectan de alguna bacteria, no solo de klebsiella». Por tanto, son pequeños que fallecen por un cúmulo de factores, no solo por culpa de la infección.