El maquinista del Alvia siniestrado en Santiago en 2013, Francisco José Garzón, dijo ayer que no se siente «culpable» del accidente en el que murieron 80 pasajeros, sino «responsable» por ser el último «eslabón» de una cadena de seguridad que «no puede fallar», tras lo que matizó que «es humano». Así lo expresaba Garzón en una entrevista del programa Liarla Pardo de LaSexta, donde dijo que si tiene que ir a prisión «irá». «Pero con todo mi respeto a las víctimas, tengo la conciencia muy tranquila de que tuve un accidente, y si tengo que pagar, pagaré yo», añadió. El juez instructor del caso, Andrés Lago Louro, cerró el pasado mes de diciembre la fase de instrucción con el maquinista y el director de Seguridad en la Circulación de Adif en el momento del accidente, Andrés Cortabitarte, como únicos investigados, sobreseyendo el caso para dos altos cargos de Renfe y Adif y tres técnicos de Ineco. En este sentido, Garzón indicó que antes que él «fallaron más» hasta que llegó a él: «Falló la seguridad por parte de Adif y de Renfe puede que también (...) No he recibido presiones, la única presión para que diga la verdad es la de las víctimas, y estoy con ellas. Si tengo que pagar yo pago, pero que paguen más». Respecto al accidente, el maquinista ha recordado que no cometió «ninguna imprudencia», ya que cuando tenía que iniciar la frenada recibió una llamada. Según sus palabras se trataba de una llamada de servicio que estaba «obligado» a atender: «Fueron 5 segundos, pero a 200 kilómetros por hora, me desubico y perdí mi punto de referencia, vi la curva y tiré de todos los frenos, pero a esa velocidad es imposible frenar el tren», concluyó.