El juicio por el crimen del Paseo de la Victoria, en el que un hombre resultó muerto al recibir 19 puñaladas en una pelea, ha quedado hoy pendiente de que el jurado popular tome una determinación sobre los hechos. La Fiscalía reclama una condena de 13 años por los hechos, que considera que fueron un homicidio, porque no hubo premeditación. El abogado de la acusación reclama 20 años de cárcel porque a su juicio, los hechos deber ser considerados como asesinato. El abogado de la defensa reclama que se considere que los hechos se produjeron en legítima defensa.

La Fiscalía mantiene su petición de pena por estimar que los hechos, aunque causaran la muerte por 19 puñaladas, no deben considerarse como asesinato sino como homicidio, pues el autor no tenía premeditada la acción.

Por su parte, el abogado de la acusación, José Ignacio Ordónez, hizo hincapié que ha de considerarse como un asesinato, porque los hechos se realizaron con alevosía, ya que se produjeron, según sus apreciaciones, a traición y a sabiendas de que iba a obtener el objetivo perseguido, así como que sacó la navaja para agredir a la víctima cuando su rival en la pelea iba desarmado.

El abogado de la defensa, Francisco Acosta, indicó que los hechos se produjeron en legítima defensa porque su cliente se vio atacado por un grupo de personas a las que no conocía y que en ningún momento su cliente agredió ni se enfrentó a nadie hasta que fue atacado por la víctima, a la que no conocía de nada. Asegura el abogado que el acusado atacó por tenía auténtico pavor porque creía que perdería la vida.