En la tercera sesión del juicio con jurado en el que se juzga a un joven por el crimen ocurrido en el Paseo de la Victoria el 19 de septiembre del 2015 testificaron los policías locales y nacionales que actuaron en el caso, así como los forenses y los peritos del Juzgado y de la defensa. Hoy continuará con la presentación de los informes definitivos de las partes. El abogado defensor del acusado, Francisco Acosta, intentó mostrar, a través de sus peritos, que el joven al que se juzga padece un trastorno mental leve, que necesita medicación, así como un problema de visión importante, «lo que unido al miedo y a la manía persecutoria lo llevaron a defenderse». Acosta insistió en que «voluntad de matar no hay», que su cliente fue atacado por una persona que, según dijo el médico que hizo la autopsia del cadáver, «dio positivo en éxtasis y llevaba 2,30 de alcohol en sangre».

La sesión comenzó con la declaración del médico que levantó el cadáver, que aseguró que la víctima presentaba varias heridas, tanto punzantes como inciso-punzantes, así como otras por erosión contra el suelo, propias de un «forcejeo». A continuación, declararon los dos policías locales que encontraron al acusado huyendo en Ronda de los Tejares, a la altura de El Corte Inglés, cuando patrullaban por la zona. «Venía corriendo, exaltado», dijeron, pero no mostró resistencia. Tenía un corte profundo en una mano, dijeron los policías, y solo decía que «iban a por él». Otros dos policías encontraron a un hombre llorando a la altura de la cafetería Roldán, en la Victoria, que aseguraba que «a su amigo lo habían matado por culpa suya». Se identificó como Gregorio, que fue el que en el bar La Fontana pidió a la víctima que siguiera al ahora acusado hasta que lo encontró en la parada de taxis del paseo de la Victoria. Los policías dijeron que, tras encontrar a Gregorio, lo llevaron en el coche policial al lugar de los hechos y allí reventó la ventanilla del vehículo a golpes.