La titular del juzgado de lo Penal número 5 de Córdoba ha condenado a cuatro años de prisión y seis de privación del derecho a conducir a un hombre que, con 27 años, mató a un motorista después de saltarse un stop y varios semáforos en la carretera de Palma del Río, por la que circulaba a gran velocidad, bebido y drogado.

Según la sentencia, el 1 de noviembre del 2013, sobre las 19.35 horas, el acusado, «después de haber ingerido bebidas alcohólicas en exceso y haber consumido cocaína y MDMA», se puso al volante de su turismo, que no tenía ningún seguro, y se incorporó desde Los Mochos a la A-431 (la carretera de Palma del Río) en dirección a Córdoba sin respetar una señal de stop, para seguir circulando «de forma despreciativa en el cumplimiento de las normas de tráfico y precipitada». Así, cuando llegó a la travesía de Villarrubia, se encontró con un semáforo en rojo y varios vehículos detenidos ante él, pero lejos de pararse invadió el carril contrario y los adelantó, con el «consiguiente peligro». Un poco más adelante, de nuevo se topó con otro semáforo rojo y volvió a repetir la misma maniobra, estando a punto de colisionar con un vehículo que se incorporaba desde la gasolinera.

Lo peor, sin embargo, estaba por llegar. Siempre según la sentencia, una vez rebasada Villarrubia «continuó con su lanzada y precipitada conducción a una velocidad inadecuada», hasta que al llegar a la altura de la antigua algodonera volvió a saltarse otro semáforo rojo y colisionó con una motocicleta. A consecuencia del impacto, el conductor de la misma, un hombre de 50 años de edad, sufrió politraumatismos y un shock hemorrágico que le produjo la muerte. En la misma motocicleta iba como pasajera la mujer del fallecido, también de 50 años, que sufrió la amputación de la pierna derecha y numerosas lesiones.

EL DOBLE DE LA TASA PERMITIDA // Tras el trágico suceso, agentes de la Guardia Civil sometieron al acusado a la prueba de alcoholemia, arrojando un resultado positivo de 0,62 y 0,54 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en sendas pruebas, es decir, más del doble de la tasa permitida.

La magistrada lo condena ahora como autor de un delito de conducción temeraria en concurso con otro de homicidio por imprudencia grave y uno más de lesiones imprudentes, y le impone «la pena máxima» prevista: cuatro años de prisión y seis de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.