El hombre de unos 39 años condenado a penas que suman 34 años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, en concurso con otro de atentado, así como dos delitos de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas, supuestamente cometidos al disparar a tres agentes de la Guardia Civil tras atrincherarse en su casa en diciembre del 2015 en Montalbán, acudirá al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Según han informado a Europa Press desde la defensa, "no se han tenido en cuenta las atenuantes de drogadicción", que en la sentencia los jueces consideran "no acreditada", así como "ni la de reparación del daño", después de que ha ingresado "muy poca cantidad para las lesiones producidas".

En este sentido, la defensa solicitaba una pena "notoriamente inferior" con "un concurso de delitos por atentado con lesiones", de manera que ha decidido presentar recurso de apelación ante el Alto Tribunal andaluz tras la resolución judicial de la Sección Tercera de la Audiencia de Córdoba.

Según recoge el fallo de la sentencia, al que ha tenido acceso Europa Press, los magistrados condenan al varón a 13 años de prisión por el primer delito, a diez y nueve años de cárcel por los delitos de intento de homicidio, respectivamente, a la vez que le imponen dos años de cárcel por el delito de tenencia ilícita de armas, así como la privación del derecho a la tenencia y porte de armas por un tiempo de cinco años.

Igualmente, en la resolución judicial se acuerda absolver al procesado de un delito de receptación del que también se le acusaba, todo ello después de que la acusación le pedía 49 años de prisión y en el momento del juicio se retiró el delito de detención ilegal sobre sus padres y se modificó la pena de cárcel por la tenencia ilícita de armas de cinco a dos años.

NO TENÍA INTENCIÓN DE MATAR

Al respecto, la defensa intentó probar que el acusado no tenía intención de matar a nadie, ni era "un ataque con trampa", de manera que no sabía que detrás del cristal del zaguán desde el que disparó había un agente de la Guardia Civil, por lo que no se debería considerar, según el abogado, el delito de atentado contra la autoridad, entre otros aspectos.

Igualmente, defendió que se aplicara la atenuante de la dependencia que sufría su defendido de las sustancias estupefacientes, al tiempo que intentó reducir la responsabilidad civil, puesto que, según explicó, los padres del acusado ya han cubierto algunos de esos gastos.

En el último turno de palabra, el acusado pidió "disculpas por todo el daño causado" y en especial "a la Guardia Civil", porque se ha "criado rodeado de ellos" y ha sido "amigo de sus hijos", al tiempo que manifestó que se avergonzaba por lo que había escuchado de lo que hizo.

No obstante, durante el juicio celebrado en enero, el acusado reconoció gran parte de los hechos, aunque alegando que "se montó una película porque estaba drogado". De hecho, pidió "cocaína hasta al mediador de la guardia civil", según expuso en su declaración.

Los hechos sucedieron el día 8 de diciembre de 2015, cuando el procesado se atrincheró en su casa, armado con una escopeta de cañones recortados, por una ofuscación con su antigua pareja y cuando acudió la Guardia Civil e intentó entrar a su casa disparó contra dos agentes, uno de los cuales sufrió heridas que casi le hacen perder la vida. Posteriormente, disparó contra otro guardia.