La sección Tercera de la Audiencia provincial de Córdoba ha condenado a un hombre a 11 años y ocho meses de prisión por diversos delitos cometidos en la capital en agosto de 2016, cuando agredió sexualmente a una mujer que iba andando por la calle al medio día y, al día siguiente, amenazó a otras cuatro en un polígono industrial.

De este modo, el documento considera probado que la víctima caminaba por los Jardines de la Agricultura y fue abordada por la espalda por el agresor. Tras inmovilizarla, "metió su mano por debajo de la falda, le desplazó las bragas" y cometió la agresión sexual, "saliendo acto seguido corriendo".

Un viandante le persiguió hasta el cercano Bar Playa, donde se había escondido, y, una vez llevado al cuartel de la Guardia Civil en la avenida de Medina Azahara, "al efectuársele el correspondiente cacheo se le ocupó un machete y una placa falsa de agente de policía, así como 8.000 euros en efectivo".

En dependencias policiales, el condenado manifestó que en el interior de su vehículo, que estaba estacionado en la zona donde se produjeron los hechos, portaba un maletín con una escopeta de aire comprimido.

En el coche fueron encontradas por una dotación policial, además, una pistola, un revólver, un arma larga, un machete, cinco navajas, una sierra artesana, accesorios de caza y una garrafa con 30 litros de gasolina, entre otros efectos. El procesado "carecía de licencia de armas o guía de pertenencia para las armas de fuego que poseía", recoge el texto.

Una vez que prestó declaración ante el juez de guardia, el condenado quedó en libertad al día siguiente. Esa noche acudió con su automóvil, en compañía de otro hombre con quien coincidió durante su detención en dependencias policiales, al polígono industrial de la Torrecilla, donde varias mujeres ejercían la prostitución en la calle.

Siempre según los hechos probado, cerca de la medianoche abordó en ropa interior a una mujer, a la que amenazó con una pistola, llegando a perseguirla con el arma en la mano. Un rato después pidió a otra mujer su ropa interior y, "ante su negativa, sacó una pistola, con la que la apuntó a la altura del cuello".

Acto seguido se dirigió a otra víctima, "a quien también exigió la entrega de su ropa interior encañonándola con un arma", y, poco tiempo después, hizo lo mismo con una cuarta mujer. La Policía Nacional le detuvo al poco tiempo cuando estaba en su vehículo, en la zona, encontrando en en el coche una pistola, una carabina, munición, varios cuchillos y 7.800 euros en efectivo.

La sentencia señala que en el momento de los hechos ocurridos en aquella noche el procesado había ingerido bebidas alcohólicas y consumido marihuana, y "tenía afectadas leve y parcialmente las bases psicobiológicas de la imputabilidad".

La Audiencia le ha condenado por un delito de agresión sexual a seis años de prisión; por cuatro delitos de amenazas, a ocho meses de cárcel por cada uno; por un delito de tenencia ilícita de armas, a tres años de prisión, y por un delito de lesiones, a un mes de multa, a razón de una cuota diaria de diez euros.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha informado de que la sentencia considera probado el delito de agresión sexual por la declaración de la víctima. Así, precisa que su relato "ha permanecido inalterable en sus aspectos esenciales y está corroborado por lo declarado por testigos, que lo fueron de lo acaecido instantes después de la comisión del delito, y, además, por la existencia de huellas físicas harto elocuentes de que lo que sufrió corresponde al pie de la letra con su relato".

Acerca de las amenazas, destaca que "lo relevante es que venían integrados por una intimidación de tanta entidad como esgrimir contra ellas (dirigiéndola a zonas vitales, como la cabeza o el cuello) un arma de fuego, de modo tal que, por las circunstancias en que se produjeron las acciones, en un lugar aislado y hora nocturna, sin que nadie, de modo inmediato, pudiera impedir la consumación de las amenazas, fuera del todo natural que, como varias de ellas afirman, temieran por sus vidas".