«Después de un año, no hay indicio alguno sobre su paradero. Estamos desesperados y cada día perdemos más la esperanza de encontrarlo», reconoció ayer Juan, hermano de Rafael Muriel, el vecino de Adamuz de 57 años que desapareció el 1 de septiembre del 2016 y al que se vio por última vez en el entorno del hospital de Los Morales. Aquel día, Rafael, que sufre esquizofrenia, vestía pantalón vaquero azul y camiseta de manga corta con rayas de diferentes colores. Había acudido al centro hospitalario, según su hermano, para que lo ingresaran porque «le habían cortado el tratamiento de golpe, llevaba diez días sin medicarse y no era él». Sin embargo, dijo, «no lo acogieron y todo se vino abajo». Desde entonces, ni una noticia. Y eso a pesar de las diversas búsquedas que ha impulsado la familia. La última de ella tuvo lugar sin resultados el pasado junio. En la batida, desarrollada en los alrededores del hospital, participaron unas treinta personas y una unidad canina. Ahora, apuntó ayer el hermano de Muriel, se está organizando otra búsqueda en las cercanías de Pedro Abad y Adamuz con la colaboración de técnicos de QSD Global. Pero de momento, 12 meses después, no hay «ni novedad ni pista alguna».