Las cinco preguntas surgidas a raíz de Wild Wild Country, el nuevo documental de Netflix sobre la secta espiritual de los ochenta Rajneeshpuram. Una historia gestada a plena luz del día y de la que pocos se habían dado cuenta antes de que estallara el escándalo. (Antes de continuar, spoiler alert para aquellos que ni han visto la serie ni conocen el caso).

QUÉ

De 'la nada' en medio de un desierto a una comunidad de unos siete mil individuos estructurada alrededor de las enseñanzas de un gurú. Todo ello en menos de tres años. La comunidad Rajneeshpuram se dio a conocer al mundo como una sociedad utópica. El proyecto, basado en ideas de espiritualidad alternativas y sexo libre, pronto se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para una secta. Así se demostró en el 1985, pocos años después de su fundación oficial, cuando se descubrió que un grupo de habitantes de la comunidad había conspirado para matar policías federales, envenenado el pueblo cercano y maquinado un plan ilegal para ganar las elecciones y hacerse con el control del territorio. Unas acusaciones que acabaron desmantelando la cúpula de la secta.

QUIÉN

Contrariamente a lo que podríamos pensar, los habitantes de Rajneeshpuram no eran personas marginales que cayeron en las garras de la secta en busca de un lugar en el que huir. Algunos estudios de la población recogen que dos tercios de los residentes contaban con un formación universitaria y una carrera lucrativa anterior a la comuna. Un perfil que, según apuntan los investigadores, se aleja mucho del estereotipo de persona captada por una secta. Aún así, determinados estudios apuntan a que estas personas debían contar con personalidades inestables que se acabaron moldeando alrededor del proyecto sectario.

CUÁNDO

El auge del proyecto de Bhagwan Shree Rajneesh se produjo sobre la década de los ochenta. La creación de la secta de Rajneeshpuram tuvo lugar en tiempos convulsos. En un momento en que la violencia destapada por la Guerra de Vietnam, la comuna espiritual se planteaba como una alternativa utópica en la que vivir. Un 'sueño americano' alternativo en el que cabía espiritualidad y capitalismo.

DÓNDE

La secta de Rajneeshpuram empezó en el corazón de la India y posteriomente fue trasladada a Estados Unidos. En ambos casos, el proyecto espiritual se plasmó en inmensas ciudades dotadas de todo tipo de lujos y comodidades. Desde un sistema de transtores internos hasta un departamento de bomberos, policía local, restaurantes, centros comerciales, casas adosadas, un aeropuerto y, como no podía faltar, lugares dedicados al culto religioso.

POR QUÉ

Al fin y al cabo, esta es la gran pregunta. La búsqueda de un porqué que permita explicar la magnitud que alcanzó el fenómeno. Psicólogos, antropólogos y sociólogos de todo el mundo han dedicado centenares de artículos al tema, intentando averiguar cómo fue posible consolidar una comunidad espiritual en tiempo récord.

La principal conclusión a la que llegan muchas de las investigaciones realizadas sobre el tema es que el éxito de la comuna se basó en tres pilares: la espiritualidad, el sexo y el culto al líder. Tres factores que en la década de los ochenta consiguieron reunir una comunidad alrededor de una nueva utopía social alternativa a la sociedad capitalista americana.

Según apuntan los expertos, la semilla a partir de la cual surgió la secta fue la figura de Bhagwan Shri Rajnísh, líder espiritual del movimiento. Este gurú consiguió conquistar centenares de fieles gracias a su carisma y, posteriormente, retenerlos con su discurso. Unas características comunes en líderes de masas como es el caso de los gurús espirituales.

En este contexto, los fieles quedaban prendados por sus enseñanzas hasta el punto que todo lo que hacían estaba dirigido a perpetuar la recién creada sociedad. De ahí a los presuntos crímenes cometidos para mantener el proyecto tan solo había un paso.

Llegados a este punto, son muchos los que se preguntan qué diferenciaba esta comunidad espiritual a la que consideramos como secta de cualquier otro grupo religioso. Una vez más, investigaciones sobre la cuestión establecen el límite en la libertad personal. En el caso del Rajnishpuram, los individuos que integraban la comunidad llegaron a ser coaccionados para permanecer en la ciudad y mantener silencio sobre las irregularidades internas.