El vuelco demográfico «sin precedentes en la historia de la Humanidad», con el aumento exponencial de la esperanza de vida en el último siglo, está cambiando la forma de envejecer y en los próximos años se verán «auténticas revoluciones en el perfil de la vejez».

Así, vivir muchos más años y con una mayor calidad de vida desde el nacimiento está cambiando la manera de envejecer y está propiciando una nueva vejez «muy revolucionaria» en la que los mayores tendrán una mayor contribución a nivel familiar, relacional y social.

«Vamos a ver en los próximos años gente mayor con un impulso, una actividad, una contribución -en lo micro, a sus propias familias y a sus relaciones, pero también a nivel social- que todavía no sospechamos», explicó ayer el investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Julio Pérez, experto que ayer participó en la presentación en Madrid del monográfico Envejecimiento de la población, familia y calidad de vida en la vejez, de la revista Panorama Social, de Funcas, uno de los análisis más globales realizados al efecto.

Al respecto, las próximas generaciones de mayores estarán compuestas por titulados universitarios, con un buen nivel socioeconómico y con buena salud, debido a una calidad de vida elevada desde su nacimiento, algo insólito hasta la fecha. «Desde los años 80 hemos descubierto que la esperanza de vida ya no solo se consigue eliminando defunciones precoces, (...) ahora se evita la muerte de gente de edad avanzada y esto es nuevo y tiene que ver con que hemos mejorado mucho en términos médicos, sanitarios, de planificación de servicios, pero también con que están llegando generaciones que ya de partida venían mucho mejor».