El volcán Agung, en la isla de Bali en el archipíélago de Indonesia, incrementó ayer su actividad al expulsar una nube de ceniza de 4.000 metros de altura, cuatro días después de arrojar una nube de vapor negro, informan fuentes oficiales.

Las autoridades no obstante mantienen el nivel de alerta de erupción 3 (el máximo es el 4) y el nivel de aviación naranja (uno por debajo del máximo -el rojo-) del Agung, dijo el director de información de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNBP, en indonesio), Sutopo Purwo Nugroho, en un comunicado.

Nugroho invitó a la población local y a los turistas a mantener la calma, a tomar precauciones por el efecto de la lluvia de ceniza y recordó que la zona de seguridad permanece en un radio de entre 6 y 7,5 kilómetros alrededor del cráter.

El Centro de Vulcanología y Mitigación de Peligros Geológicos (CVMPG) indicó en un comunicado que el efecto de las nubes de ceniza puede extenderse más allá de la zona de seguridad establecida en función de la dirección del viento.

En la tarde del sábado el viento soplaba en dirección sur-sureste, lo que alejaría la nube de ceniza hacia el mar, según los expertos.

El volcán Agung se encuentra en el este de la isla, en el distrito Karangasem y lejos de la mayoría de las atracciones turísticas de Bali.

Una veintena de vuelos fueron cancelados en la noche del sábado y más de 2.000 personas quedaron varadas en los recintos aeroportuarios a pesar de que las autoridades mantienen que «la isla es segura» y el aeropuerto funciona «con normalidad».