Carlo Maria Viganò, el arzobispo italiano que llegó a los titulares al pedirle al papa Francisco que renunciara, fue condenado a pagar 1,8 millones de euros a su hermano discapacitado, al que robó, informó el jueves la prensa italiana.

La sentencia de un tribunal civil en Milán, en octubre, ha condenado al exalto prelado del Vaticano a pagar esta suma a su hermano Lorenzo, un sacerdote especializado en escrituras, detalla 'La Stampa e Il Giornale'.

En la década de 1960, la gran familia heredó una fortuna estimada en el 2010 de más de 20 millones de euros en activos inmobiliarios y casi 7 millones en efectivo, cuya gestión había sido encargada a Viganò.

Confinado en una silla de ruedas después de un derrame cerebral, su hermano, que vive en una comunidad religiosa en Chicago, acudió a los tribunales en el 2010 para exigir un acceso más directo y equitativo a su parte.

Una historia familiar oscura, que mezclaba declaraciones sobre la fragilidad mental del sacerdote, condujo finalmente a esta decisión en primera instancia.