Los toros de Jandilla (Mérida, Badajoz) han sido los protagonistas este miércoles del cuarto encierro de los San Fermín, una carrera veloz y en la que, según el primer parte médico, no hay heridos por asta.

La ganadería pacense, ya habitual en Pamplona, tiene fama de peligrosa por méritos propios, con ocho corneados el 12 de julio del 2004 y con el último muerto en un encierro, el madrileño Daniel Jimeno el 10 de julio del 2009.

Hoy los morlacos, cinco negros y un castaño, con pesos entre los 515 y 590 kilos, han prescindido de su fama y, sin prestar atención en ningún momento a los mozos, han recorrido los 848 metros del encierro en 2 minutos y 10 segundos, aunque el despiste de uno de ellos en el coso ha prolongado la duración hasta los 2 minutos y 19 segundos, informa Efe.

Si bien es cierto que ha habido años en los que han corrido limpios encierros, también es suyo el récord de corneados en una misma carrera, con ocho el 12 de julio de 2004, entre ellos un experimentado corredor al que uno de los toros le clavó las astas en cinco ocasiones.

Cuatro veces premiada en la Feria del Toro de Pamplona y con otros tres premios Carriquiri, para este año el ganadero ha enviado siete toros negros y un castaño, de los que finalmente se eligen seis, de entre 515 y 590 kilos de peso, que por la tarde serán lidiados por Diego Urdiales, Sebastián Castella y Andrés Roca Rey.