A primera hora de la mañana, y desafiando el fuerte viento del Estrecho, el 'Sailing Yatch A' abandonaba Gibraltar rumbo a un puerto español para realizar unas mejoras en sus instalaciones. Considerado el velero más grande del mundo, el juez de la Corte Suprema de la Roca levantó este martes el embargo que pesaba sobre la embarcación a cuenta de una reclamación del constructor, que exige el pago de 15,29 millones de euros de deuda.

Fuentes cercanas al caso han confirmado que tanto el astillero, la empresa alemana Nobiskrug, como el propietario del velero, el oligarca ruso Andrei Melnichenko -a través de una empresa con sede en Bermudas, Valla Yachts Limited— han alcanzado un acuerdo sobre la fórmula para solventar la deuda pendiente. Así, tras escuchar a ambas partes este martes, el juez instructor decidía levantar la medida de embargo y autorizar la marcha de la embarcación, que llegó a Gibraltar hace una semana para realizar una corta parada técnica y repostar.

Según explica el 'Gibraltar Chronicle', los dueños del 'Sailing Yatch A' expusieron que ya habían depositado en un fondo de garantía en Londres los 9,8 millones de euros que debían haber abonado por la conclusión de los trabajos de construcción del velero, por lo que el juzgado entendió innecesario que la empresa volviera a efectuar un segundo pago con la misma cuantía. Así, y para mayor seguridad del astillero, ese dinero permanecerá en fideicomiso pero sujeto a un compromiso con el tribunal de Gibraltar acordado por ambas partes.

INTERESES Y COSTAS

El resto del importe reclamado corresponde a dos facturas de 2,6 millones y 2,9 millones respectivamente por diversos conceptos relacionados con los trabajos de las subcontratas y las variaciones sobre el presupuesto durante el proceso de construcción. Dicha cantidad, junto a otro porcentaje en concepto de intereses y costas, será depositada en una firma de abogados de Gibraltar hasta la resolución definitiva del caso, según el mencionado diario.

Un portavoz de la embarcación citado por el 'Chronicle' explicó el lunes, tras conocerse el amarre del yate, que es frecuente que en la construcción de barcos de esta envergadura queden pagos pendientes, expresando su sorpresa por la decisión del astillero de demandar al propietario. Una vez levantado el embargo, el 'Sailing Yatch A' navega ya por aguas del Mediterráneo con destino a un puerto español, al parecer las instalaciones de Navantia en Cartagena, para acometer unas reformas en el interior acordadas por su dueño.

Propiedad del magnate de la industria energética rusa, el impresionante velero con casi 143 metros de eslora y 25 metros de manga fue botado el pasado mes de octubre tras cuatro años de construcción, por lo que éste era uno de sus primeros viajes. Con tres mástiles de altura superior a la de la torre del Big Ben de Londres, es considerado por el astillero como “el superyate más avanzado jamás construido”. Su estilo futurista salió de la imaginación del diseñador francés Philippe Starck, y tiene capacidad para una veintena de pasajeros y 50 integrantes de tripulación. Aunque su coste no es público, algunas fuentes hablan de que una embarcación de este estilo no baja de los 400 millones de euros.