Un hombre tiñó ayer de rojo el agua de la monumental Fontana di Trevi de Roma para denunciar el estado de degradación que atraviesa la capital. El autor de estos hechos fue identificado como Graziano Cecchini, un activista vinculado con la extrema derecha que hace una década realizó esta misma acción. El hombre accedió al vaso de la fuente y comenzó a verter un líquido rojo que rápidamente tiñó sus aguas y las autoridades procedieron a cortar el flujo para evitar que el producto dañara el monumento, recientemente restaurado. Cecchini fue detenido por la policía y los conservadores analizan los daños en el monumento para formalizar una denuncia en su contra. El autor, que en el pasado lanzó medio millón de pelotas de colores por la escalinata de la plaza de España, señaló que siempre ha creído «en las formas de arte».