Benjamín tenía solo 7 años. El pasado fin de semana fallecía tras nueve meses de lucha contra un tumor cerebral. En el camino, se encontró con unos bomberos de Marbella que han dado una lección de humanidad. Fueron quienes acudieron a su casa diariamente para llevarle al colegio, y quienes ahora han destinado a su funeral los 6.000 euros recaudados para ayudarle a tener una vivienda habilitada.

Esta historia comenzó el pasado mes de octubre, cuando a Benjamín le detectaron un tumor que le llevó a estar ingresado cuatro meses en el Hospital Materno Infantil de Málaga. Tras estabilizarlo, regresó a casa, pero tenía la parte derecha del cuerpo paralizada. Allí vivía con su madre y su hermana en un cuarto piso sin ascensor.

La falta de recursos hacía que su vida fuera muy complicada, y ahí intervinieron los bomberos de la ciudad. No solo se propusieron recaudar dinero para que la familia se mudara a una vivienda habilitada para él, sino que acudieron diariamente a su casa para cargar con la silla las cuatro plantas con el objetivo de que no se perdiera ni un día de colegio.

La mala noticia se produjo esta semana, cuando se dio a conocer el fallecimiento del pequeño Benjamín. Los bomberos, al conocer el desenlace, no dudaron en ayudar a la familia y destinaron a su entierro los 6.000 euros que llevaban recaudados para él.